Libertad al Portero y castigo a
los responsables del accidente de Castelar
Infinidad
de veces, ante crímenes como el de Erika Soriano, Candela Pastor o el
recientemente cometido sobre Ángeles Rawson, salta a la vista la connivencia
judicial y policial para desviar investigaciones y llevarlas a vía muerta. Son
crímenes donde el poder político está omnipresente porque tiene todos los
medios para operar sobre las familias y sus miserias, si las hubiera; así se ordena
la intervención del Poder Judicial, o se aparta a un juez o un fiscal y lo
sucede otro más dócil. El Poder político hace aparecer “periodistas” que vomitan
“carne podrida”, que se pasean por C5N u otros medios contrarios a la salubridad
pública, que reciben orden de “sacar conclusiones” en cámara y llevar al
televidente a ver las cosas al revés de como son. También en esos medios transita
una fauna de rentados y “servicios” como Lockles, abogados “sacapresos” como
Pierri, quien antes de aceptar la representación legal del Portero dejó
establecido su apoyo a “la maldita policía”, señalando que nunca va aceptar la
versión de que sean policías los que apretaron a Mangeri, porque eso no sucede
en la institución policial, ¡¡como si eso no fuera moneda corriente en la
República Argentina!! Le proponemos al “sacapresos” ver el documental de
Enrique Piñeyro “El Rati Horror Show”.
Todo
el armado fue para tapar en esas primeras horas la masacre de Castelar, donde
criminales reincidentes que concesionan trenes cogobiernan con el funcionariado
público. ¿Sinó por qué razón el Secretario de Seguridad Sergio Berni apeló,
como en el caso de Mariano Ferreyra lo hicieran Néstor y Cristina, a un
“Testigo de identidad reservada”? ¿Para qué se hizo y se hace esto? Únicamente
para embarrar la cancha, desviar la investigación y que la impunidad gane el
centro del escenario.
El show
montado no se privó de nada: la fiscalía colocó pantallas y gazebos para hacer ingresar
al testigo encapuchado traído por la Secretaria de Seguridad María Cristina Caamaño,
quien actuó bajo órdenes de Berni. Mientras, el Portero imputado iba y venía a cara descubierta frente a las
cámaras.
La idea
central en estos montajes dispersivos (Candela, Érica, Ángeles) es no preservar
el escenario del crimen; en el caso de Candela, el principal pisoteador fue
Scioli. En el asesinato de Ángeles no cuidaron los lugares donde podría haber
sido el ataque: el sótano, el departamento de Ángeles, la vivienda del Portero,
el hall o las escaleras del edificio.
La
institución policial que debería investigar está incapacitada por su génesis
que le impide superar a la clase
social a la que sirve, de modo que está obligada a reproducir, con mayor
brutalidad las limitaciones, cobardía y vocación antinacional de la clase
social que gobierna y dispone.
En este escenario la
policía desconoce el móvil del asesinato de Ángeles, esto es lógico de un
cuerpo que resuelve delitos y crímenes mediante dos instrumentos bárbaros, uno
“los buchones” y otro “los apremios ilegales”.
El staff investigativo
está muy por detrás del “continuista o Script” (así se denomina al profesional
de la industria cinematográfica que supervisa la continuidad visual y argumental,
de modo tal que la historia no tenga ningún salto narrativo); ésto ¿cómo se
enlaza con el seguimiento de una causa aberrante como la que se investiga? Por
lógica sólo siguiendo el hilo de los acontecimientos y lo que reportan los
medios, TV, radios, periódicos, en los dichos de los posibles implicados. Los
hay de todo tipo y calibre, por ejemplo los de Opatowski, la madre y la abuela:
Opatowski dijo el lunes 10: “Ángeles no volvió a casa porque la mochila no estaba en su cuarto”. Pero dicen
que estaba y también las llaves y que Ángeles no tenía cuarto propio, sino
que dormía en el comedor. Opatowski fue quien el mismo día 10 inventó la pista
del secuestro: “hubo una llamada al banco de 10 minutos” dijo.
Un investigador
principiante puede sacar conclusiones siguiendo los movimientos de Sergio Berni,
¿amigo? de Sergio Opatowski, a quien le reservó alojamiento junto a su mujer el
13/6 en el
hotel Howard Johnson de San Pedro y antes lo
rescató de la prisión preventiva mediante el “testigo de identidad reservada”.
El papá
biológico de Ángeles es ingeniero de Techint y miembro
del Celtyv (Centro de Estudios legales sobre el terrorismo y sus víctimas), organización
ligada a los genocidas. Franklin Rawson, que no hace declaraciones y cuando las hizo dijo: “Que aparezca
el asesino no me dará una solución", da la sensación de ser otra víctima que debe “comérsela” por algún ajuste
de cuentas personal y por eso no levanta la vista del suelo.
Burdamente, en la faz mal llamada
“investigativa”, lo único que se pretende es probar a toda costa la
culpabilidad del Portero, aunque para ello se fuerce a que un elefante entre en un dedal. El Portero
tiene todas las simpatías del populacho, en los hogares del pobrerío es un
“perseguido”; a esta altura aunque se compruebe científicamente su culpabilidad
nadie lo creerá ¿Quién es responsable de la incredulidad pública?
Los
aprendices de brujos que se dieron a maniobrar elementos sensibles de un crimen
aberrante para tapar sus propios actos crímenes como el de Castelar, son
responsables de este fatídico drama y de la impunidad que establecieron para un
delito de tal envergadura.
UGOFE que luego
de la masacre de Once perdió al Grupo Cirigliano y fue rebautizado UGOMS
(Roggio/Romero) para continuar la dilapidación del Sarmiento, ha enviado un
telegrama intimidatorio a Jorge Hospital, guarda tren del Roca y miembro de
Causa Ferroviaria, quien denunció en “El Juego Limpio” que 1. El material
rodante del Roca es obsoleto. 2. Que el negociado de las tercerizaciones no se
ha desmontado. 3. Que la obra pública va a Roggio/Romero y se paga sobrefacturada.
La justicia no
ha llamado a Roggio/Romero a que digan Por qué 1. Organizaron desde el Taller
de Escalada una patota para reprimir en Barracas el 20/10/2010. 2. Proporcionaron
a los asesinos equipo de Handy para comunicarse. 3. Malversaron subsidios por sumas
millonarias y quitaron durante años el 50% del salario de los tercerizados. 4.
Sobrefacturan las obras públicas. 5. Continúan tercerizando el trabajo contemplado
en el Convenio Colectivo de la UF.
Los
concesionarios son parte de “la trilogía siniestra” señalada por el Juez
Bonadío en la causa Once.
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