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Señor Director,
Los medios de comunicación han informado sobre las lágrimas derramadas por Silvio Berlusconi durante su visita al Parlamento de Israel el 3 de febrero.
Durante la sesión especial de la Knesset el premier israelí, Benjamin Netanyahu, contó a la audiencia que durante la segunda guerra mundial, en Italia, una mujer en estado avanzado de embarazo vio a un militar alemán arrestando a una niña judía. La mujer enfrentó al oficial y lo persuadió de que la liberara. “Esa mujer se llamaba Rosa y uno de sus hijos es Silvio Berlusconi, primer ministro de Italia", finalizó Netanyahu.
La acción de la señora Berlusconi no es un caso aislado. Hay más de 400 italianos “Justos entre las Naciones”, título honorífico que otorga “Yad Vashem” a los gentiles que auxiliaron a judíos durante la Shoá.
Giovanni Palatucci era un policía de Fiume quien en lugar de darle información a los alemanes ayudó a perseguidos con documentos falsos y dinero para huir. Vittorio de Sica, el consagrado cineasta, durante el rodaje de un documental dio trabajo como extras a decenas de judíos para evitar su captura y deportación.
En la ilustre nómina de los italianos que hicieron de la solidaridad y el coraje cívico pilares éticos de sus conductas no puede faltar Angelo Giuseppe Roncalli, salvador de miles de judíos y otros perseguidos cuando se desempeñaba como Delegado Apostólico en Estanbul durante la Segunda Guerra Mundial, antes de ser consagrado Papa con el nombre de Juan XXIII.

Dr. Natalio Wengrower
Fundación Raoul Wallenberg
www.raoulwallenberg.net

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