RESUMEN DE LA AGENCIA INFORMATIVA PELOTA DE TRAPO


Stan y Laurel no creen en risas
26/03/09
Por Alfredo Grande
“Resista el horror de las noticias. Ya llegan los avisos”(aforismo implicado)
Entrevista a Luis de Sebastián"La crisis hará que haya más hambrientos y más gordos".Este prestigioso economista y catedrático de ESADE acaba de publicar "Un planeta de gordos y hambrientos" donde destapa los tejemanejes de la industria alimentaria.¿Por qué medio mundo se muere de hambre mientras la otra mitad es obesa? Con esta pregunta Luis de Sebastián pretende dar respuesta a la epidemia del hambre, que nadie niega que existe, pero también a otra epidemia en aumento que es la obesidad. (La Vanguardia de Barcelona)(APe).- El Gordo y el Flaco fueron durante décadas una de las tantas formas del entretenimiento, cuando todavía no estaba asociado a la dormidera visual de hollywood. El talento de Hugo Midón hizo una recreación fantástica que pude disfrutar con mi hijo Federico hace ya algunos años. Bueno: no más de esas risas. Hoy el tema está remixado en una polaridad siniestra: hambrientos y obesos. El flaco ahora agrega severos problemas de desnutrición crónica, o sea, que para ese hambre no hay ni siquiera pan duro que lo calme. El gordo agrega ahora muchos más gordas y gordos, una estampida de grasa, una avalancha de cuerpos inflados, una manada de mamuts arrasando con hamburguesas y cantimpalos. Los saqueos del pasado serán recordados como un paseo de compras cuando la epidemia se dispare. La teoría de los dos demonios, tan fecunda como la de la inmaculada concepción, con el perdón de dios, ha parido un nuevo golem-bebote. La teoría de las dos epidemias. Concepción más cerca de la mala medicina que de la buena política, porque se hipertrofian los efectos y se minimizan las causas. Estas dos epidemias segregan territorialidades excluyentes. Un territorio: el hambre, la sed, el desamparo, la mortalidad temprana, las enfermedades infectocontagiosas. Otro territorio: el hipersedentarismo, las grandes comilonas, la canilla libre y sin cuerito. Carencia bestial y abundancia obscena. Dos territorios no dialectizables. Polaridades incompatibles donde no hay aduana para el pasaje de un territorio a otro. Hasta que la muerte los una, en un más allá de parásitos y triglicéridos. Es bueno pensar al hambre encarnado en los hambrientos. Sujeto colectivo de extrema fragilidad, con la absurda osadía de querer picar algo, aunque cada vez es más difícil engañar a un escéptico estómago. Que por otra parte de tan contraído que está, ni engaños puede tragar. Los hambrientos no formarán ejércitos, pero quizá recuperen el funcionamiento de las hordas desesperadas. Los gordos tampoco se podrán alistar en ninguna fuerza regular, entre otras cosas porque interrumpen el entrenamiento para picar varias cositas. ¿Habrá un tercero de apelación que pueda romper esta encerrona trágica, como señalaba Fernando Ulloa? Mi respuesta es provisoria pero es no. La idea del Estado como árbitro ya es detestable, pero suponerlo apto para dirimir una contienda de este tipo, resulta, al menos en mi criterio, absolutamente alucinatorio. Si realmente el Estado Árbitro existiera, la polaridad señalada se hubiera detenido antes de constituir esos territorios de las epidemias excluyentes. Alguien recordaría el pedido, súplica, exigencia, o lo que fuera, de “distribuir la riqueza”. Que generó más allá de gobiernos y estilos, la respuesta de “amplificar la pobreza”. Si la teología de la liberación hace la opción por los pobres, la teología de la opresión hace mucho que hizo su opción por los ricos. Y si bien advierte sobre el problema y sermonea sobre la paz social, sigue parasitando al mismo Estado que se permite reprochar. (No digo criticar porque la crítica es algo teórico y políticamente más profundo que un chas chas de púlpito). Y si el diablo sabe siempre más por viejo que por diablo, ahora sabrá más por gordo y no he visto ningún purpurado hambriento. Por lo tanto ningún Estado, ni secular ni clerical, pueden solucionar la tragedia que durante más de un siglo contribuyeron a crear. ¿Tragedia o masacre? Me impacta el recuerdo de tantas marchas por la masacre de cromagnon, y el intento de poner todo en la bolsa de la fatalidad. Como el alud de Tartagal. Como la epidemia de dengue. En el unipersonal que estrené en el 2007, contaba que en la 9 de Julio, la avenida más ancha del mundo, había en lo altísimo de un edificio, un enorme cartel con esta leyenda: no al dengue. El chiste era preguntar cómo hacía el mosquito para leer ese cartel tan alto. Bueno, ahora queda claro que no lo leyó, o si lo leyó, no le dio bola. Estoy esperando que algún funcionario chaqueño diga: “qué malo es este mosquito”. Seguramente más malo porque hasta pica a los funcionarios. Pero si sarna con gusto no pica, dicen los perversos, el hambre implica dengue, sarna, y todos los horrores que se encuentran en los desahuciados de la tierra. La única opción que se me ocurre es que los hambrientos encuentren su target alimentario en comerse a los obesos, y salgan de cacería porque por cada gordo a la cacerola, muchas familias podrán pasar el invierno. Hasta que los gordos se den cuenta que son fiambre, plato principal y postre, y dejen algo en el plato antes que otros se hagan el plato con ellos. Distribución berreta, pero algo es algo en los tiempos de la desesperación, la crueldad y la locura. Es evidente por qué ya Stan y Laurel no pueden más creer en risas. Ahora cada uno tiene sobre el otro una mirada paranoica. Y no puede ser, lamentablemente no puede ser, de ninguna otra manera.

Las armas públicas
24/03/09
Por Miguel A. Semán
Donde empiezan los líoses a partir de que una mujer dice que el sexo es una categoría política
Roque Dalton
(APe).- La diputada peronista Inocencia Charole, perteneciente a la etnia toba, denunció que quienes manejan el plan de ayuda social Paicha, destinado a asistir a poblaciones aborígenes del Impenetrable, obligaron a niñas wichis de entre 13 y 15 años a tener sexo a cambio de comida.
El plan, cuya finalidad era acudir en ayuda de las comunidades en emergencia alimentaria y sanitaria, fue implementado por el actual gobierno chaqueño, que hasta ahora no se ha pronunciado sobre el problema.
La noticia publicada en el diario Clarín del 19 de marzo no provocó reacciones de famosos ni de ciudadanos comunes que reclamaran penas ejemplares para los violadores de niñas hambrientas. Semejantes omisiones hacen pensar que tal vez estemos construyendo una sociedad donde muchos creen, como en algunos países africanos, que la violación es el único delito cometido por la víctima, aunque la víctima tenga catorce años y los victimarios sean tres hombres adultos, fuertes y criminalmente sanos.
Tal vez entre nosotros existen los corruptos capaces de excitarse con el hambre humana y los corruptos capaces de justificarlos. Al fin y al cabo los violadores, dicen, encuentran el placer en la indefensión o la vulnerabilidad de la víctima y la desnutrición, la pariente más dramática y despojada de la desnudez, coloca a quien la padece en el extremo de la vulnerabilidad.
Pero las cosas no vienen porque sí. Todo esto pasa en una provincia históricamente hambrienta y violada y en la que hoy, pese a que las autoridades sostengan que ha disminuido el índice de mortalidad infantil, ha aumentado la desnutrición en la franja de niños de 2 a 5 años.
Como para afianzar la vulnerabilidad y seguir agregando clientes a los encargados del Paicha, el gobierno redujo el presupuesto de salud para la compra de medicamentos. Tampoco tiene previsto comprar ambulancias en una provincia donde la gente muere en camino a los centros de atención y no se piensa invertir en obras de infraestructura ahí donde los puestos sanitarios, como en el Impenetrable, son devorados por los yuyos.
La desinversión en salud pública sólo se traduce en muertes y otras vergüenzas: María Soledad Medrano, murió el 5 de febrero de 2009 a los 25 días de vida, 4 días después de ingresar en el puesto sanitario de Bermejito. La ambulancia estaba fuera de servicio.
Irene Chávez, 2 meses de pobreza sin fondo la matan de muerte súbita en el camino entre La Rotonda y Fortín Lavalle, a 10 kilómetros del puesto sanitario de Bermejito.
El bebé de Alicia Álvarez, una nena de 14 años, murió después de haber vivido y sufrido 4 meses en el casco urbano de la Villa Río Bermejito.
En el curso de 7 meses, 10 bebés tobas murieron en el área de cobertura de ese puesto sanitario.
En Chaco las viejas enfermedades vuelven fortalecidas y cada vez más gente acude, como puede, a los centros sanitarios sin encontrar respuestas. No existe política de salud, ni política en general que sea eficiente, equitativa y solidaria, tal vez porque no somos eficientes, equitativos ni solidarios.
La salud pública no sólo es una variable de ajuste del gasto de estado, ahora también es un arma pública y privada, como la hoja de una navaja apoyada sobre el cuello de los que se acercan a pedir ayuda.

Partes de una batalla contra el paco
26/03/09
Por Oscar Taffetani
(APe).- Isabel es una paraguaya dura, eterna, Latinoamérica en las venas, que llegó a los 8 años al país de los ganados y las mieses y pronto comprendió que ni los ganados ni las mieses son para todos y que hay que luchar cada día por el pan y las caricias. Alicia es distinta. Más suave en los modos. Atenta. Reflexiva. Informada al detalle de cada cosa. Juntas, son imparables. Estas dos mujeres del Barrio Lamadrid, Ingeniero Budge, Cuartel 9no., Lomas de Zamora, provincia de Buenos Aires, juntas, son imparables.
A Isabel le mataron a Emo, a su querido Emanuel, su benjamín, porque tuvo la imprudencia de dejar el paco, porque organizó a los pibes que quieren dejar el paco y porque demostró que otra Argentina, solidaria, comprometida con su pueblo, es posible. Esto fue hace poco, hace algunas semanas. El crimen sigue impune.
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