LOS INGRATOS


Por: GUSTAVO DA SILVA

El título de la nota bien puede ser parecido al de un Filme de aquella época dorada de Cine del neorrealismo italiano de los años 50 o 60, posterior al de la postguerra, donde muchos artistas eran aficionados, o amateurs, que se dicen, pero que muchas de aquellas películas se convirtieran en clásicos, y llevaron al cine de ese país a las salas de proyecciones de todo el mundo, llegando a su cénit con «La dolce Vita», una película donde Fellini, disconforme con el desplante realizado por una de las «Divas» del cine local de aquel entonces, decide filmar la que seria la película más grande de su país, con una actriz alemana, ganadora de un Oscar en 1956. 

 

Desde ya Fellini no llegó a filmar en nuestro país. Y nada tiene que ver el cine italiano en esta historia. Pero sí es una historia cinematográfica, pero si tiene que ver nuestro querido Partido de Lanús en esta historia. El Partido de Lanús bien tiene una gran historia cinematográfia en su haber. Infinidad de equipos rodaron escenas de producciones dispares, dado que los escenarios de nuestra ciudad y alrededores han ofrecido la diversidad necesaria para lograr secuencias memorables para la historia de Lanús, como así también para la del Cine Argentino, el cual nos sorprende con títulos increíbles. Como «Detrás de largo muro» (en Villa Jardín), «Eva Perón», (en los alrededores del Hospital Evita), «Made in Argentina» (en Villa Argerich), y una cantidad de titulos memorables,y no tanto, como la película donde Alberto Olmedo tenía dos corazones, sale de «Las Palmas» y cruza la Avenida Hipólito Irigoyen, ingresando en aquel recodado café que se ubicaba en la vereda de enfrente. 

 Esta historia, que para nada es cuento, comienza con el rodaje de una película, nada trascendente, desde luego. Pero como toda historia tiene su principio, su desarrollo, y por supuesto su descenlace. A veces felíz, o tras no tanto, y otra, «al estilo de Lanús». O sea, que nos deja asombrados, ante semejantes resultados. 

 Cierto día, un cineasta, llegó hasta nuestras tierras buscando una locación que le llamó la atención, y que probablemente sea única en nuestro país. Nos referimos, a un viejo Hangar traido al mismo corazón de nuestro partido, directamente tras la Guerra de Corea, y llevado casi al lado del Viejo Puente de Escalada, que vecinos conocen como «El Medio Caño». Todos conocen tambíen que el origen de la llegada del mismo hasta allí fue para solucionar la locación de la Escuela Técnica que, con el correr de los años se alojara en su lugar definitivo, en la Avenida Irigoyen, cerca de la Estación. Pero cabe agregar que, «el medio caño» albergó muchas generaciones de alumnos y por muchos años, antes de trasladar la escuela hacia su nuevo lugar. 

El cineasta, trajo sus equipos y filmó con mucha alegría en semejante escenario. Feliz con el trabajo realizado, exclamó algo que fue tomado con mucha gracia, «que si con esa película ganaba el Oscar, les regalaría las cerámicas que necesitaba el lugar». Algo que solo pasaba por una expresión de deseo, ya que en pleno rodaje no se puede saber donde puede ir a parar una película. Además, la historia reciente decía que sólo un film argentino había ganado un Premio de la Academia (La Historia Oficial), y que este director ya había competido una vez por ese premio y no lo pudo ganar, y muy dificilmente iba a poder competir otra vez. 

 El tiempo siguió su marcha, la película se estrenó, llegó a la preselección Argentina por los premios Oscar, la pasó, llegó a la terna, y contra viento y marea, entregado por Tarantino y Almodovar, le dieron la estatuilla a este director que filmó en «el medio caño», conviertiendose ese film en el segundo de nuestro país en ganar semejante premio. Pero la historia no termina allí. Cuando llega a nuestro país, no se olvida de su promesa y llega la cerámica prometida al medio caño, un gesto que enaltece su trayectoria como director de cine, pero también su estampa como persona. 

Ahora llega el «el desenlace» de la historia, pero como dijimos antes «a lo Lanús». Porque si bién llegó la ceramica prometida, la misma fue direccionada a la nueva escuela tecnica, donde se sabe, fue utilizada como debía ser, pero curiosamente no figura en ninguna parte, ni una placa de agradecimiento a este cineasta, que vino a nuestro partido y agradecido, cumplió su promesa, que bien podia haber quedado en el olvido, como muchos políticos locales que prometen y no cumplen las cosas. Algunas voces nos dicen que dicha escuela en el interín dependía de la Universidad, y dejó de hacerlo, otras voces, cercanas al fundador y quien se encargó de traer el medio caño a Escalada hablan de acerca de concejales, en cuestión, se olvidaron de agradecerle, al Señor JUAN JOSÉ CAMPANELLA, la deferencia de aunque más no sea, poner una placa en las cercanías donde están las cerámicas que donó. No importa que estén en la nueva Escuela Técnica o en el viejo medio caño. Si hubiera sido un político hubieran colocado una placa, que el mismo hubiera descubierto, más la banda municipal y cantado el Himno previamente. Pero como nadie se acordó del mero «Muchas gracias», podemos decir que son unos ingratos.

 

FUENTE: DIARIO "VIDA DE LANÚS"

Comentarios

Seguidores