VIVIR ENTRE POBRES PARA SABER DE ELLOS


Gerardo Scioscia
VIVIR ENTRE POBRES PARA SABER DE ELLOS
Con certeza dormir entre sabanas de lino debe ser muy agradable. Claro, siempre que cuentes con ellas en tu cama, caso contrario si tienes otras de calidad inferior, estarás abrigado, pero seguro su aspereza no te dará bienestar. Sin embargo hay que ni siquiera tienes de estas últimas para estar en la cama. Son aquellos que viven en la calle,, los sin techo. Para ellos, una raída frazada apenas lo abriga en las noches templadas, pero esa misma manta cubre su cuerpo las noches gélidas. Tres situaciones muy distintas. Sin embargo en los tres casos detrás hay seres humanos. Los primero seguro beben champan, los otros apenas vino barato y los últimos quien sabe que Los primeros no conocen de necesidades y pasan por delante los desposeídos casi sin mirarlos, los otros, esos que duermen entre sábanas rústicas y que menos tienen los miran y ayudan con monedas o alimentos. Ellos saben lo que es la necesidad, aunque lo disimulan oculto entre las paredes de sus casas.

Hay una enorme desigualdad y se nota. Los primeros, los que duermen en mullidas camas y entre sabanas de seda cuando llegan al poder, piensan y legislan normas creyendo que todo viven de esa modo. Los otros luchan para no bajar un escalón más, pero las reglas que imponen los primeros no suelen servir para darles una mano, al contrario. Los sin techo se encuentran con pocas esperanzas para subir de nivel. Llegaron a la calle empujados por quien sabe que razón, pero están allí.
El que vive muy bien, seguirá pensando que así es todo y no vera a los de más abajo, ya que siempre mira para arriba. De todos modos para ellos, un buen ejercicio sería que, al menos por unos días abandonaran las sábanas de seda y su mullida cama para convivir con los que menos tienen. Quizás entonces, sintiendo lo que ellos sienten, cuando levanten su mano para votar leyes que atenten contra los más humildes piensen en ellos y lo que padecen.

Comentarios

Seguidores