EPIDEMIAS, PANDEMIAS Y AVIVADAS


GERARDO SCIOSCIA

EPIDEMIAS, PANDEMIAS Y AVIVADAS 

 Las líneas escritas a continuación, tienen como único proposito advertir al grupo de inconcientes, que aún no han tomado nota del grave momento que vivimos. Es que, cuando se lucha contra un enemigo invisible como lo es el covid-19, todos debemos unirnos en una sola estrategia para vencerlo. Es el único modo de frenar esta pandemia. 

 

FIEBRE AMARILLA 

Un cuadro de Juan Manuel Blanes, pintor uruguayo eternizó el dramático momento vivido en en 1871 en un conventillo de San Telmo, donde murió por fiebre amarilla una mujer de origen italiano y su esposo, mientras que en esa misma tela, un niño busca el pecho de su madre para amamantarse. Pero no fueron las únicas víctimas de esa peste que atacó a Buenos Aires en aquel tragico 1871. Los primeros casos se dieron en febrero de ese año y luego se extendieron hasta mediados del mes de abril. 

El vecino Mardoqueo Navarro, que llevo un registro de la epidemia apunta sobre el tema en su diario que "abril 7 - el cementerio del Sur rebosa. Entierros por abreviatura. Todos amarillos, de fiebre los muertos, de miedo los vivos". Frente ese panorama, muchos buscaban huir de la ciudad, lo hizo el propio presidente Sarmiento. También lo hicierón muchos funcionarios, aprovechando los pasajes gratuitos que daba el gobierno. Como vemos las historias se repiten, no hay nada nuevo bajo el sol. En ese entonces,: hubo personajes pudientes que frente de escapar de otros. los vendían y luego gestinaban un nuevo pase gratuito" apunto Mardoqueo en su caderno. 

Si bien muchos médicos daban batalla frontal a la peste, otros recetaban desde sus consultorios, mientras que la enfermedad introducida por un mosquito hacia estragos en los conventillos y clase baja. En cambio, los pudientes se refugiaban en sus casas de veraneo alejadas del foco infeccioso como Lomas de Zamora y zonas aledañas. El temor al contagio no era para menos, pues los muertos, se contaban por miles y hasta el mismisimo presidente Sarmiento busco refugio fuera de la ciudad. Por entonces, y en el tiempo que duró la epidemia, la poblacion quedó diezmada. Por esos años Buenos Aires contaba con un total de 190.000 almas y la peste cego la vida de más de 14.000. 

CORONAVIRUS 

A diferencia de lo que sucede con el coronavirus, en ese entonces, la gente buscaba salvar su vida tomando distancia del foco infeccioso, como lo hicieran los propios integrantes del gobierno. Hoy la protección es quedarse en casa ya que si te mueves de un lado a otro, puedes contagiar el virus y convertirte en un multiplicador de una enfermedad que mata. Una vacuna efectiva terminará con este enfermedad, y deberá inocularse primero a los que tengan mayor riesgo de contraer el mal. Sin enbargo como en 1871, no faltaran avivados que la consigan primero. 

 

Fuente: Diario de la Gran Epidemia de Miguel Angel Scena en revista Todo es Historia N° 8.

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