Gerardo Scioscia
ES BUENO AGRADECER
Abrir los ojos por la mañana y dar gracias a Dios es un solo acto, un solo instante. Como no agradecer por el nuevo día, luego de la noche de reposo y donde la oscuridad manda. Es que la vida recomienza con los primeros rayos de luz que avanza victoriosa tras derrotar a la oscuridad. Como no agradecer el ser bañado por los rayos del Astro Rey, generador de energía y movimiento. La noche es silencio y reposo, una vida imaginada solo en los sueños que genera nuestra mente y muchos de los cuales, ni siquiera recordamos al despertar. El día es otra cosa. Su luz nos muestra todo tal cual es.
En lo oscuro todo es chato, en cambio, en el día hay luces y sombras que caminan a nuestro lado. Así, con sus rayos cayendo en nuestro espacio podemos ver la sonrisa de un niño y también sus lágrimas cuando llora. En cambio, en la oscuridad de la noche solo oiremos su llanto. La luz solar es vida y quienes amamos la vida, nos gusta mucho bañarnos con esa luz y, por eso al despertarnos del letargo a que nos somete el ensayo de la muerte, es que damos las gracias al Señor.
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