EL VALOR DE LO VIEJO


Gerardo Scioscia
EL VALOR DE LO VIEJO
Tiempo atrás, se me ocurrió recorrer una feria de antigüedades en la zona de San Telmo. Allí fui recabando precio de varios objetos, muchos de ellos usuales durante mi infancia. A medida que transitaba el lugar, notaba la cantidad de artículos que allí se exhiben para su venta y todos ellos, con alta cotización. Claro, solo hacía preguntas porque los pecios se encontraban fuera de mi alcance, es decir, regrese sin comprar nada.

Fue cuando volví a mi casa que me puse a penar el porqué de la revalorización de los objetos antiguos. Así fue como relacione mi tiempo vivido con los artículos, muchos de por los que pretenden decorar algún sitio, pero se venden a un alto precio, por consiguiente fuera de mi alcance. Sin embargo, me preguntaba ¿cuánto valdrían las personas con la misma edad de esos objetos inanimados?. No lo sé. Simplemente agrego que, a diferencia de los muebles, lámparas o vajilla usada hace décadas, los hombres y mujeres de ese mismo tiempo, tienen un valor agregado que pueden trasmitir a otros, como lo es su experiencia de vida. En el mercado al parecer, eso no se cotiza, es decir lo desecha. .

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