BELGRANO, EL HEROE QUE MURIO EN SOLEDAD


Gerardo Scioscia
BELGRANO, EL HEROE QUE MURIO EN SOLEDAD
A las siete de la mañana del veinte de junio de 1820 moría en soledad, el general Manuel José Joaquín del Corazón de Jesús Belgrano. Su deceso se produjo en momentos que la provincia de Buenos Aires se encontraba convulsionada, por lo que recién la población se enteró de esa noticia algunos días después por la prensa. Es que en esos momentos Buenos aires se encontraba en un estado de anarquía, luego que la Junta de Representantes decretara el cese en sus funciones del gobernador Manuel de Sarratea y nombrara en su reemplazo a Idefonso Ramos Mejía por un término de ocho meses. Este, adicto al partido directorial, inicio su mandato al día siguiente, tras lo cual dio curso a una disposición de la Junta por la cual se absolvían algunos ciudadanos sometidos a proceso, y reservándose el cargo de Capitán general de la provincia, es decir de todas las fuerzas militares. Esto fue en perjuicio del brigadier Miguel Estanislao Soler que se hallaba en Lujan para contener el avance de los caudillos Estanislao López y Francisco Ramírez y renuncio al puesto con términos agresivos para Ramos Mejía, por lo que nombro al general Martín Rodríguez para ese cargo. En respuesta a esa actitud, Soler hizo que el cabildo de Lujan lo eligiera gobernador, pero Ramos Mejía al ponerse al tanto de eso el 20 de junio presento su renuncia ante la Junta de Representantes. Sin embargo, la corporación dispuso que entregara el bastón de mando en el Cabildo, al tiempo que le avisaba a Soler que podía entrar a Buenos Aires, pero Soler rechazo el cargo en la forma ofrecida. Así Buenos Aires ese día estuvo sin gobierno, o como se suele decir ¨el día de los tres gobernadores¨. Y ese día falleció el creador de la bandera.

Así, en ese marco de continuos conflictos Belgrano, que alguna vez dejó su cómodo buffet de abogado para convertirse en militar, y luchar por la independencia, partía a la eternidad y lo hacía pensando en la tierra que amo porque su frase final fue ¨hay patria mía¨. De su muerte el pueblo se enteró cinco días después de la trágica noticia en el periódico ¨Despertador Teofilantropìco Místico Político ¨que dirigía el padre Francisco de Paula Castañeda. Su cuerpo fue enterrado en el atrio del convento de Santo Domingo con los hábitos de esa orden. Para su lápida se utilizó el mármol de la cómoda que perteneciera a su madre sobre la que se grabó la frase ¨Aquí yace el general Belgrano¨. Sin embargo cuando se creyeron más tranquilas las aguas políticas, se les realizaron los funerales que se merecía. Fue el 29 de julio del año siguiente.
LA DENTADURA DE BELGRANO
Años más tarde el cuerpo de Belgrano sería exhumado y también saqueado. En efecto. Durante el gobierno del general Julio Argentino Roca se decide levantar los restos del héroe para colocarlo en un mausoleo. La tarea es llevada a cabo el cuatro de septiembre de 1902 y de ella participan el ministro de guerra general Pablo Richieri y el del interior Joaquín V. Gonzales, luego ambos mencionados en el supuesto robo de la pieza dentaria. Esa tarea también contó con la presencia de Carlos Vega Belgrano y Manuel Belgrano ambos descendientes del prócer.
La ceremonia días es reflejada por la revista Caras y Caretas en su edición del 13 septiembre del de ese mismo año y, en una caricatura muestra al espíritu de Belgrano increpando a los profanadores ¨¡Hasta los dientes me llevan! ¿no tendrán bastante con los propios para comer del presupuesto? se preguntaba el autor del dibujo. También el diario La Prensa se hizo eco del tema señalando ¨Admírese el público: esos despojos sagrados se los repartieron buena, criollamente, el ministro del interior y el de guerra (…) ningún funcionario, por más elevado o irresponsable que crea, puede profanarla. Que devuelvan esos dientes al patriota que menos comió en su gloriosa con de los dineros de la Nación:¨.

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