UN TRÁGICO DESTINO

UN TRÁGICO DESTINO 
Marta llego con sus pocas cosas una pensión ubicada al costado del viejo puente Barraca, y que le había recomendado un amigo de la infancia tiempo atrás. Allí se presentó y pidió pasar la noche. Sin embargo el encargado explicó que solamente disponía de una habitación compartida. Lo pensó unos instantes y acepto. El viaje habia sido largo y cansador por eso necesitaba reposar. 

Al ingresar al cuarto, encontró otras cinco chicas que habían llegado a "la gran ciuda" atraídas por una promesa de trabajo.
Temerosa, se presentó y luego, vencida por el cansancio se acostó vestida en la cama asignada. Durmió de un tirón, por lo que a la mañana siguiente fue la primera del grupo en levantarse. Luego saludo a sus compañeras de pieza. La urgencia con la que abandonó su casa de la localidad de Balcarce, le impidió que pudiera cargar algo más que lo imprescindible. De eso se dio cuenta al revisar sus bolsillos donde guardaba un papel en el que tenía anotado la dirección de un ex compañero de la escuela secundaria, el mismo que le había aconsejado esa pensión, cuando tiempo atras la había visitado en Balcarce. En ese encuentro también le había prometido ayudarla, si andaba por Buenos Aires. Ese momento habia llegado. Es que Marta vivia un verdadero infierno. Se había casado con un hombre que ocultaba su verdadera personalidad y asi fue como apenas pasado un año de convivencia comenzo el maltrato y los golpes. Una noche cansada de tanta humillación y tras recordar los dichos de su ex compañero, se largo con lo puesto para Buenos Aires. Ahora debia encontrarlo. Con el arrugado papel en la mano y luego de consultar como llegar, salio de la pensión en busca del sitio. Lo hizo caminando, pues no era demasiado lejos. Al llegar encontró la casa cerrada y eso la preocupo.
En una segunda visita encontro a la casa en las mismas condiciones que el dia anterior. Al ver a una vecina asomada que la miraba, trato de acercarse y preguntar sobre los moradores, pero esta se encerró. Ambas situaciones le generaron temor y prefirió desandar el camino. Desconcertada y con oscuros pensamientos Marta comenzo a deambular por una desconocida Avellaneda.
Apenas las sombras se alargaron, enderezo para la pensión. A Pedro, su amigo de la infancia no lo ubicaba y sintio miedo por su futuro.
Al llegar a la pensión se tiró sobre la cama. Una de las compañeras le pregunto como le había ido. pero le costó responder esa pregunta, aunque finalmente dijo que no encontró lo que buscaba y que no comía desde la noche anterior. Entonces si interlocutora desenvolvio un pan que abrió y cargo con un mortaleda, para luego partirlo y ofrecerle una mitad a Marta. No era mucho pero, podría al menos calmar su hambre. La amabilidad de su compañera le abrió la puerta para que pudiera confesarse.
 Aunque no dio muchos detalles de su vida. Dijo que vino en busca de un amigo al que no encontró y que viajo desde Balcarce con poco dinero, por lo que necesitaba un trabajo, dado que no pensaba volver a la casa que había abandonado. Al escuchar esa frase, su compañera hizo un largo silencio y luego manifestó que las cinco, vivían una situación similar, luego que "El Ñato" les prometiera trabajo. Así como avanzaba en la confianza, Marta avanzaba con su relato, que interrumpio su compañera para preguntarle por su amigo. Sin dar muchos detalles dijo que se llamaba Pedro y en la frente poseía una vieja herida, consecuencia de una caída del caballo que montaba alla en Balcarce, su pueblo natal. Luego de escuchar la descripción, noto que había un parecido con la persona que les había prometido trabajo.
Un dato no coincidía y era el nombre ya que todas lo conocían como "El Ñato" .
EN LA MISMA TRAMPA
Ella contó que era de Puan provincia de Buenos Aires y que el resto de las chicas también eran de pequeños pueblos y que habían sido convocadas por "El Ñato" para trabajar. Le dijo tambien que llevaban un mes alojadas alli y que fe él nada dabian, aunque tenían la promesa que pasarían a buscarlas en cualquier momento. Por ahora estaban hacinadas en un cuarto, sin dinero ni documentos porque se los habian retenido. Por esa razón esperaban que volviera por pronto. Mientras tanto vivían como podían. En cambio Marta, huyendo de su marido golpeador sin saberlo, habia caído en una telaraña de la que no podría salir.
Días después, en la misteriosa casa que dos veces visitó Marta buscando a su amigo volvió la luz y la música. Su dueño habia regresado luego tras estar detenido por tenencia y tráfico de estupefaciente. Se movieron influencias y salió en libertad por lo que por esa casa volverían a desfilar lujosos automóviles. Alli acomodo algunas cosas y se fue en busca de las cinco chicas. Al llegar a la pensión, se encontró con su ex compañera a la que tiempo atras habia visitado en Balcarce. Verla junto al resto no le agrado.
Luego de saludarla la invito a un bar cercano para charlar. Mientras hablaban del pasado, el trataba de averiguar si las otras mujeres le habían comentado sobre su actividad. Con la certeza que nada sabia, le recomendó regresar a la pensión y que de nada se preocupara ya que el se encargaría que nada les falte. Luego ambos se fueron en distintas direcciones.
Como lo prometiera, por la noche llego la cena enviada por "El Ñato" y en ese gesto creyeron ver la mano salvadora. A la mañana siguiente dos autos pasaron a buscarlas para llevarlas a su lugar de trabajo. Tomaron sus pocas pertenencias y se marcharon. Para asombro de Marta, los vehículos se detuvieron frente a la casa que en dos oportunidades ella habia estado. Allí fueron recibidas por dos hombres, que resultaron ser complices de "El Ñato" que un rato después, también llegó al lugar. De inmediato reunió al grupo y dio a conocer sus intenciones. Una de las mujeres trato de resistirse, pero el hombre apoyo una pistola sobre la mesa, aclarando que estaban bajo control suyo y de sus socios. Entonces se dieron cuenta que habían caído en las garras de una organización que lucraba con los cuerpo de jóvenes mujeres, pero Marta no estaba dispuesta a caer tan bajo. Desde ese momento solo pensaba como escapar de esa trampa.
Con las primeras sombras, dos hombres que entraron sin llamar, hablaron con dos mujeres del grupo y se retiraron. Pronto recomenzaría la actividad es ese prostíbulo, y necesitaban de elementos extras para satisfacer a la clientela. A las chicas las llevaron para eso, cargar con las drogas necesarias. Mientras Marta lloraba en un rincón el resto de las muchachas parecían resignadas. Había escapado de su esposo golpeador y caído en manos de una banda narco y proxenetas.
SIN SALIDA.
Escapar le era imposible, porque estaban vigiladas continuamente. Al poco tiempo y por su belleza se había convertido en la preferida de los que frecuentaba el prostíbulo. Al lugar se accedía por un pasillo que desenbocaba en una sala en la que había una media docenas de mesas. En ese sitio, las mujeres debian compartir algunas copas con sus ocasionales acompañantes, para luego tener un encuentro íntimo, en algunas de las habitaciones del segundo piso. Pero a ella ese contacto con desconocidos le era repugnante. Una noche, mientras aguardaba que alguien compartiera su mesa escucho que modulaba una radio policial. Pensó que se trataba de un allanamiento y se alegro. Eso duro poco. El hombre que portaba la radio se acercó a su mesa, pidió un par de copas y luego se marcharon a una pieza.
Todas las noches eran iguales. Ese salón donde mujeres semidesnudas esperaban a sus clientes se llenaba de extraños perfumes y también de poderosos que buscaban pasar la noche con alguna de las muchachas. Entre tanto Marta ya había advertido el poder que tenía su amigo y tambien, que de ese infierno solamente saldría muerta, pero estaba dispuesta a vender cara su vida.
Por ese razón, cada vez que entregaba su cuerpo a un desconocido, pensaba como vengarse de su ahora enemigo Pedro. Seis meses llevaba en ese encierro, cuando una mañana tomo una cuchilla que escondió entre sus ropas y se dispuso a esperar a "El Ñato", que solía llegar al mediodía para abrir puertas y ventanas, que al termino de la actividad nocturna, siempre dejaba bien aseguradas desde afuera. Al escuchar sus pasos se puso en alerta y en cuando asomó por el pasillo, le asestó dos puñaladas en el tórax por lo que Pedro cayó sin vida en ese pasillo. Luego corridas, gritos y la aparición de sus dos complices. Alguien llamó a la policía y junto con ella llegó una ambulancia. Marta con la cuchilla aún en su poder temblaba como una hoja. Y lloraba. A ella la vieron como una asesina y sus compañeras dijeron no saber que había pasado, porque dormían. Por temor a represalias tampoco declararon en contra de sus captores. Poco después las cinco volvieron a sus lugares de origen. En cambio Marta, por ese homicidio fue condenada a 25 años de cárcel y remitida al penal de mujeres de Ezeiza, donde un año despues se suicidó al no soportar lo que entendia era una injusticia.

Gerardo Scioscia
Mar del Tuyú 
 7de febrero 2020

Comentarios

Seguidores