Mons. Frassia reflexionó sobre la vid y los sarmientos

Mons. Frassia reflexionó sobre la vid y los sarmientos 
Jueves 3 May 2018 | 08:32 am
Avellaneda (Buenos Aires) (AICA): El obispo de Avellaneda-Lanús, Mons. Rubén Frassia, envió a la comunidad diocesana unas reflexiones sobre la base del Evangelio de San Juan leído el domingo quinto de Pascua, donde Jesús dice: ¨Yo soy la vid, ustedes los sarmientos. Así como el sarmiento no puede dar fruto si no permanece en la vid, tampoco ustedes, si no permanecen en mí¨.
El obispo de Avellaneda-Lanús, monseñor Rubén Oscar Frassia, envió a la comunidad diocesana unas reflexiones sobre la base del Evangelio de San Juan leído el domingo quinto de Pascua, donde Jesús dice: "Yo soy la vid, ustedes los sarmientos. Así como el sarmiento no puede dar fruto si no permanece en la vid, tampoco ustedes, si no permanecen en mí".
 "Si no hay una experiencia del encuentro con el Señor, no hay fecundidad en la misión; si no hay calidad de encuentro con el Señor, hay poca fuerza en el testimonio que ofrecemos a los demás. Cuando uno se separa de Él, pierde el equilibrio y se lo hace perder a los demás", señaló el pastor de Avellaneda.
 Y agregó: "En la unión mística con Cristo, es evidente que la vida tiene sus tensiones y también tiene sus podas. Si quieres servir al Señor, prepárate para la prueba, porque es cierto que hay pruebas y esas pruebas son personales, son internas, son las de los otros, son las de los sistemas y tantas adversidades con las que uno se puede encontrar. Si las pasó Jesús en aquella época, ¿por qué no las vamos a pasar nosotros?"
 Prosiguiendo su reflexión, monseñor Frassia expresó que cuando uno da testimonio o, a veces, cuando una persona pierde el trabajo por ser honesta; o porque son perseguidas porque no tienen el sí fácil; o porque no se someten a lo que otros quieren que haga; hay calumnias cuando no se soporta que una persona sea íntegra, hay envidia cuando al otro le va bien. Son muchas cosas que están presentes como tensiones pero que hay que considerarlas como parte de la prueba y parte de la poda. Pero el que permanece en el Señor tiene que dar frutos".
 "Quiero resaltar -enfatizó el prelado- que cada uno tiene que dar frutos, el obispo tiene que dar frutos, el sacerdote tiene que dar frutos, el diácono tiene que dar frutos, el seminarista tiene que dar frutos, el religioso y la religiosa tienen que dar frutos, el fiel laico tiene que dar frutos, cada uno en la condición de vida que tenga, en el papel que desempeña, tiene que dar frutos; pero las cosas hay que hacerlas bien y mejor, nos más o menos y peor", concluyó.+

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