Mons. Frassia: En momentos difíciles, refugiarse en la oración

Mons. Frassia: En momentos difíciles, refugiarse en la oración 
Jueves 22 Mar 2018 | 09:26 am
Avellaneda (Buenos Aires) (AICA): Además del ambón de la catedral, el obispo de Avellaneda-Lanús, Mons. Rubén Frassia, utiliza dominicalmente las ondas radiales para difundir el Evangelio a un mayor auditorio que el que puede reunirse en el templo. Desde hace varios años, sus reflexiones sobre las lecturas bíblicas del domingo se difunden a través del programa “Compartiendo el Evangelio”, que se emite por radios de la ciudad de Buenos Aires y del conurbano bonaerense.
Además del ambón de la catedral, el obispo de Avellaneda-Lanús, monseñor Rubén Oscar Frassia, utiliza dominicalmente las ondas radiales para difundir la Buena Nueva del Evangelio a un mayor auditorio que el que puede reunirse en el templo. Así, desde hace varios años, sus reflexiones sobre las lecturas bíblicas del domingo, se difunden a través del programa “Compartiendo el Evangelio”, que se emite por radios de la ciudad de Buenos Aires y del conurbano bonaerense.
 El pasado domingo, quinto de Cuaresma, el pastor avellanedense se refirió al pasaje evangélico donde Jesús anuncia que "ha llegado la hora en que el Hijo del hombre va a ser glorificado"; y que "si el grano de trigo que cae en la tierra no muere, queda solo; pero si muere, da mucho fruto. El que tiene apego a su vida la perderá y el que no está apegado a su vida en este mundo, la conservará para la Vida eterna. El que quiera servirme que me siga", y "cuando yo sea levantado en alto sobre la tierra, atraeré a todos hacia mí".
 "Este es un texto maravilloso -explicó monseñor Frassia- donde Cristo, el Hijo de Dios, es obediente al Padre, sabe para qué vino, sabe por qué y a qué fue enviado; Él tiene conciencia de su mesianismo, tiene conciencia de que es Hijo de Dios y tiene conciencia también de lo que le va a pasar; les dice “para esta hora he venido” y pide fuerzas al Padre para ser fortalecido".
 "Muchas veces en la vida -expresó el prelado- nos encontramos ante situaciones vulnerables como tribulaciones, dificultades, fracasos, enfermedades, ante límites muy grandes y muy graves. Es el momento en el que uno tiene que abrirse en la oración y pedirle a Dios fuerzas para entender, para aceptar, para vivir y para ofrecer. Aquí está lo importante: no hay que bajarse de la cruz, ni quitarse de la cruz, ni rechazar la cruz, pero sí hay que pedir fuerza para que uno viva no sólo como discípulo, sino también como testigo".
 Por último el obispo de Avellaneda-Lanús insta a "vivir como victoriosos, como entusiastas, como personas, como cristianos, como creyentes, como hijos de Dios, como hijos de la Iglesia, y no como derrotados, apenados, entristecidos, aplastados, minimizados, sino con la fuerza del Espíritu".+

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