Jueves 16 Nov 2017 | 09:20 am
Avellaneda (Buenos Aires) (AICA): ¨Hay una actitud fundamental en la vida cristiana, la vigilancia y la espera. Se espera a Aquel que ha de venir, que ha de pasar por nuestra vida, es el Señor que viene siempre y debemos tener una actitud de atención, de vigilancia y de respuesta ante el Señor que viene y que pasa¨, expresó el obispo de Avellaneda, Mons. Rubén Frassia, al reflexionar sobre el Evangelio donde se habla de las vírgenes prudentes y las vírgenes necias.
"Hay una actitud fundamental en la vida cristiana, la vigilancia y la espera. Se espera a Aquel que ha de venir, que ha de pasar por nuestra vida, es el Señor que viene siempre y debemos tener una actitud de atención, de vigilancia y de respuesta ante el Señor que viene y que pasa", expresó el obispo de Avellaneda, monseñor Rubén Oscar Frassia, al reflexionar sobre el Evangelio del domingo XXXII del año litúrgico, en el que se expone la parábola de las vírgenes prudentes y las vírgenes necias.
"Eso es en la vida cotidiana y en la vida final -señaló el prelado-, cuando el Señor nos llame definitivamente. Podemos decir que tenemos dos llamados, uno en “el hoy” y otro en “el para siempre”, que es lo eterno y definitivo. Ambas llamadas están entrelazadas; una va posibilitando a la otra, o la va debilitando".
Por eso, prosiguió, "es importante estar atentos y no vivir distraídos. ¿Cómo podemos ser distraídos? Cuando “no tomo en serio esto”, “no me preparo convenientemente”, “no tengo en cuenta todas las cosas que debo afrontar, para esperar”, como en este caso del aceite para las lámparas; pero también uno puede decir “¡bueno, total tengo tanto tiempo!”, “hoy no voy a cambiar, pero mañana sí”, “no voy a hacer esto total tengo tiempo más adelante”, “hoy hago esto y mañana me voy a arrepentir”.
Monseñor Frassia aconsejó "no jugar con los tiempos, porque no sabemos cuánto tiempo vamos a vivir y quizás el 'mandar para mañana' será 'nunca'. Puede ser un juego de palabras, de conceptos o una excusa donde uno pone argumentos conceptuales".
"Pidamos estar despiertos; hemos recibido la vida y tenemos un don al que debemos responder responsablemente; tenemos que estar atentos a las señales que el Señor nos da en la Iglesia, en los signos de los tiempos, en el discernimiento. Podemos ser necios o podemos ser prudentes, el Señor pasa igual pero la calidad de relación la debemos ofrecer nosotros. Preguntémonos: ¿queremos ser descuidados o prudentes? En cada uno está la respuesta", concluyó.+
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