DE CONDORES Y CULTURA INCA

DE CONDORES Y CULTURA INCA
En la vida siempre hay tiempo para aprender. Justamente en mi reciente y corto viaje por las montañas de Córdoba, aprendí que en el reino animal se muere por amor de veras y que los incas en su saludo diario, recordaban principios básicos de convivencia. En efecto, el cóndor andino, dueño absoluto de las alturas y que anida en las partes más altas de las montañas, cuando elije una compañera, lo hace para toda la vida, aunque no jure frente un altar y una cruz. No necesitan ese juramento para prometerse vivir juntos en la salud y la enfermedad ellos lo hacen a su modo y frente a sus únicos testigos; las piedras y el cielo porque allí tienen su propio altar. Con ella procrea y cría a su pollo. Le ensaña a volar y cazar, esa es su vida. A estas majestuosas aves rapaces, cuyas alas pueden medir unos 3.50 metros, se las puede ver planear en el cielo cordobés rodeado de montañas, ya que viven en una altura de hasta 5000 metros. Son monógamos, por lo que eligen una pareja para toda la vida. En los nidos realizados en lo más alto de las montañas, la hembra pone un solo huevo, y se turnan para darle calor, todo un ejemplo de colaboración.

Así, viven, sin sobresaltos ya que no hay depredador que pueda dañarlo por vivir tan alto. Al único que le temen es al hombre desaprensivo, porque de un disparo este, puede acabar su vida. Las pocas parejas de cóndores que hoy existen, viven felices en su nido de piedra hasta que la muerte, finalmente, logra separarlos. Cuando eso sucede, existe entre ellos un mandato propio de su naturaleza, que los impulsa a vivir juntos, incluso, en la eternidad. Se dice, -y no tengo porque dudar - que cuando muere su pareja, este enorme pájaro dueño de los cielos sufre tanto dolor por la pérdida de su compañera, que desde el nido se deja caer al vacío para unirse otra vez, pero en el más allá. Curiosidades de la vida animal que no deja de sorprender. Se enamoran mediantes bailes rituales, procrean viven y mueren juntos. En los humanos el amor no siempre llega tan lejos, ya en muchos casos se vuelve a formar otra pareja.
PARA COPIAR
Si lo que pasa en el reino animal es interesante, como el caso de esas enormes aves que nos muestran que se es capaz de morir por el amor perdido, no lo resulta menos el saludo que utilizaban los pueblos andinos. Como se sabe, el gran imperio Tawuantinsuyo se forjo sobre una trilogía de conceptos morales, que luego los incas convirtieron en un saludo cotidiano y que bien podría instrumentarse por estos lares, para por lo menos, intentar cambiar ciertas cosa que vivimos en esta sociedad, donde se roba y miente a diario. La sociedad inca se basaba en la verdad, honestidad y trabajo compartido y ese logro no es casual. En territorio de Tiwuantasuyo o de ¨Las cuatro partes¨ la lengua era el quechua o quichua, la que aún se continúa hablando en Ecuador, Perú y Bolivia, mientras que el saludo cotidiano era, en realidad, una recomendación de cómo vivir en sociedad. Ellos se decían los unos a otros ¨Amasuwa. Ama llulla. Ama O¨Ella¨ cuya traducción es ¨no seas ladrón. No seas mentiroso. No seas flojo¨ recomendaciones que bien podrían instrumentarse en nuestro tiempo para que se haga carne entre nosotros. Con su diaria repetición, al menos intentaría, cambiar esta historia que estamos, viviendo donde abunda el robo, la mentira y la cultura del menor esfuerzo.

Sciosciagerardo@gmail.com.

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