Mons. Frassia: Ser testigos de la presencia de Jesús

Mons. Frassia: Ser testigos de la presencia de Jesús 
Martes 7 Feb 2017 | 09:59 am
Avellaneda (Buenos Aires) (AICA): ¨Cristo es la luz, Cristo es la vida, Cristo es la verdad; y a partir de esta afirmación, de esta realidad, nosotros -siendo sus discípulos- tenemos que ser testigos de la presencia real de Jesucristo en la Iglesia y en el mundo¨, dijo el obispo de Avellaneda-Lanús, monseñor Rubén Oscar Frassia, en su semanal reflexión en el programa ¨Compartiendo el Evangelio¨, emitido por radios de la ciudad de Buenos Aires y del Gran Buenos Aires, el domingo 5 de febrero. "Cristo es la luz, Cristo es la vida, Cristo es la verdad; y a partir de esta afirmación, de esta realidad, nosotros -siendo sus discípulos- tenemos que ser testigos de la presencia real de Jesucristo en la Iglesia y en el mundo", dijo el obispo de Avellaneda-Lanús, monseñor Rubén Oscar Frassia, en su semanal reflexión en el programa "Compartiendo el Evangelio", emitido por radios de la ciudad de Buenos Aires y del Gran Buenos Aires, el domingo 5 de febrero.
 Refiriéndose a las palabras de Jesús cuando les dijo a sus discípulos que deben ser la sal y la luz del mundo, el obispo comentó: "Ser sal. La sal es lo que purifica, lo que da gusto y da sentido. Nuestra vida cristiana tiene que dar gusto, tiene que dar sentido, tiene que tener entusiasmo, tiene que tener presencia, tiene que tener resistencia y tiene que ser servicio para los demás. Tenemos esa misión, esa vocación, que debemos darle vida. No podemos vivir como cristianos indiferentes, como cristianos 'más o menos', según los caprichos de cada día, según el estado de ánimo. Debemos vivir con sentido y con motivación".
 Y agregó: "Ser luz, luz interior, luz personal. Hay mucha gente que está confundida, opaca. Cuando se pierde la luz se entra en la oscuridad y se pierde el equilibrio. Se pierde con respecto a las cosas y a las personas. Dios es la luz y el equilibrio, pero si uno se aleja de Dios pierde el equilibrio con los demás. Solo basta ver la falta de respeto, la indiferencia, el 'no te metás', y tantas otras cosas que uno se está acostumbrando a vivir en la opacidad, en la oscuridad. Falta luz por lo tanto falta transparencia".
 "Pidamos al Señor por todo esto y que tomemos conciencia de la participación que Dios nos hace y de nuestra respuesta para dar sentido, ser testigos de su presencia siendo sal y luz en este mundo", concluyó.+

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