PENOSA EXPERIENCIA DE UN AUTOMOVILISTA

PENOSA EXPERIENCIA DE UN AUTOMOVILISTA 
 Con la angustia propia de haber atropellando con mi automóvil a un ser vivo como lo es cualquier animal, me puse a pensar si en verdad fue culpa mía circular por una calle interna a baja velocidad y prestando atención a lo que pudiera pasar en mi entorno., o en realidad fue del propietario de un enorme perro negro que se interpuso en mi camino de modo imprevisto. 

 El pobre animal - que al parecer estaba con sus dueños- salio disparado corriendo a otro can que cruzo delante de mi, pero con mejor suerte que su perseguidor, al que pese haber accionado los frenos , no pude impedir golpearlo. Pese a su tamaño, tras el golpe giro en u volviendo a la vereda donde quedo inmóvil y fue socorrido por sus propietario.
 Semejante incidente me obliga a pensar en la desaprensión de ciertos dueños de canes de gran tamaño,dado que se encontraba paseando sin bozal y correa, cuando por su propio instinto salio a correr a otro semejante para pelearlo. Si bien en este caso el tuvo seguramente algunos huesos rotos y mi auto dañado en el capot, por ese mismo instinto, en cambio de atacar a otro perro ala emprendiera contra cualquier persona que se le cruzara en el camino.Más aún, su victima podría ser un chico con resultados difícil de imaginar.
 En realidad y, a instancia de los propietarios seguí mi camino con cierto amargor por lo sucedido. Me sentía culpable de algo que no había provocado y aun a sabiendas que ese animal debió estar con bozal y correa para evitar cualquier contingencia pero no fue así.

 SG

Comentarios

Seguidores