Mons. Frassia: Cristo nos invita a ser sus discípulos

Mons. Frassia: Cristo nos invita a ser sus discípulos 
Miercoles 16 Sep 2015 | 09:36 am 
 Mons. Rubén Frassia, obispo de Avellaneda-Lanús. 

Avellaneda (Buenos Aires) (AICA): El obispo de Avellaneda-Lanús, monseñor Rubén Oscar Frassia, comentó el evangelio dominical, en el que Jesús advierte claramente a sus discípulos que el Mesías debía sufrir para cumplir su obra redentora. El prelado invitó a “renunciar a todo lo malo que oscurece la vida” y apoyarse en el Señor para ser sus discípulos. También propuso algunas preguntas para meditar. 
El obispo de Avellaneda-Lanús, monseñor Rubén Oscar Frassia, comentó el evangelio dominical, en el que Jesús advierte claramente a sus discípulos que el Mesías debía sufrir para cumplir su obra redentora.
 Monseñor Frassia observó que la Palabra de Dios de este domingo presenta la claridad que Cristo tenía acerca de su misión y las consecuencias de su entrega, de su amor y de su sacrificio.
 “Cristo nos salva en la cruz. Jesús, el Mesías, el Hijo de Dios, es el Cristo sufriente que se nos entrega y que nos redime en la cruz. Pero también nos hace participar de una manera discipular. El discípulo tiene que seguir e imitar al Maestro. Es así que nosotros tenemos que seguir y tomar el camino de la cruz”, definió.
 El obispo advirtió que el cristiano se puede cansar o desanimar en el discipulado, por culpa del consumismo, de las pasiones o de las tentaciones. Por esto, invitó a apoyarse en el Señor, y tener en claro su invitación, que supone una renuncia.
 Monseñor Frassia exortó a “renunciar a todo lo malo que oscurece la vida, a todo lo que nos entorpece el camino” y acarrea “pesos superficiales” que debilita el alma. También invitó a repensar si efectivamente aceptamos la invitación a ser discípulos.
 “¿Aceptamos la invitación como discípulos? ¿Sabemos que ese misterio es el más profundo de la humanidad? ¿Sabemos que es la salvación para todos los hombres y que no es derrota sino victoria? ¿Lo seguimos con entusiasmo? ¿Lo damos a conocer con alegría? ¿Nos entregamos sin guardarnos nada? ¿No falta claridad en la humanidad y en nosotros?”, propuso meditar.
 “Pensémoslo. Hay que pensar bien para responder bien”, concluyó el obispo de Avellaneda-Lanús.

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