La muerte del niño Quom: hambre, desnutrición y muerte vs el relato

(*) Nota de opinión 
 Gastón Quiroga, médico del servicio de neonatología del Hospital Pte. Perón de Avellaneda. 
Candidato a Concejal por el Partido Obrero en el Frente de Izquierda Avellaneda 
 La muerte del niño Quom: hambre, desnutrición y muerte vs el relato 
 La noticia del fallecimiento del niño Oscar Sánchez, de la comunidad Quom, llenó de angustia y de bronca a toda la sociedad. 

 El niño, que con 11 años pesaba 11 kilos, muere enfermo de desnutrición y tuberculosis. Muere como Néstor meses atrás, como consecuencia del abandono y la desidia de este gobierno nacional y popular. Gobierno que dice ser “el rey” de la inclusión y de los derechos humanos, que en su versión chaqueña hambrea y enferma a su población.
 Cómo entender el relato Kirchnerista que justifica las muertes amparándose en cuestiones “culturales” de nuestros pueblos indígenas.
 Oscar nació de una madre desnutrida y con tuberculosis, como una paradoja del destino.
 Nuestros niños, se gestan en vientres de madres desnutridas, malnutridas, con enfermedades prevenibles, sin control prenatal (o poco controladas). Madres que viven en hogares donde abunda el hacinamiento, la pobreza, la contaminación, la violencia, el alcoholismo y las drogas, la precarización laboral y la desocupación.
 El panorama en el hospital público es devastador. En medio de la crisis sanitaria y de la destrucción del hospital público, el común denominador es el nacimiento prematuro, el embarazo sin control, los recién nacidos de bajo peso y las enfermedades maternas prevenibles como los muy frecuentes casos de sífilis congénita, enfermedad del siglo pasado que se trata tan solo con penicilina y se previene con educación sexual adecuada, controles de salud y políticas de atención primaria de la salud. Atención primaria que se encuentra devastada, vaciada de personal y de programas, y a la que la creación de los UPA parece poner fecha de vencimiento.
 El hambre y la desnutrición no son patrimonio de nuestros pueblos originarios, sino que viven en nuestro pueblo como consecuencia de políticas de endeudamiento internacional y de salvataje de la burguesía nacional, atestando al país de planes sociales y asistencialismo.
 El impacto de las políticas del sistema en los cuerpos de nuestras madres y sus niños no se comporta de forma estática, sino que condiciona el futuro físico e intelectual de éstos.
 Un país sin hambre y desocupación, con salud y con equidad, sólo será posible construyendo una sociedad bajo otras bases sociales.
 Una sociedad sin explotados ni explotadores.

Comentarios

Hmicali dijo…
Excelente nota. A esto se puede agregar que no alcanza con " inaugurar" obras, que muchas veces parecen lo que no son, sino que se necesita una política real para dotar del personal necesario y bien pago a cada centro de salud

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