“Todos somos enviados”, recuerda Mons. Frassia

“Todos somos enviados”, recuerda Mons. Frassia 
Jueves 16 Jul 2015 | 08:51 am
 Mons. Rubén Frassia, obispo de Avellaneda-Lanús.

Avellaneda (Buenos Aires) (AICA): El obispo de Avellaneda-Lanús, monseñor Rubén Frassia, reflexionó sobre el envío misionero al que todos los bautizados son llamados al comentar, como cada fin de semana, el Evangelio dominical. Según expresó, el discípulo “tiene que estar ligero, andar liviano y libre” para que el Señor se comunique, llegue y esté presente en la vida de los demás. 
El obispo de Avellaneda-Lanús, monseñor Rubén Frassia, reflexionó sobre el envío misionero al que todos los bautizados son llamados al comentar, como cada fin de semana, el Evangelio dominical. El prelado resaltó la fuerza y la importancia de Aquel que envía, que es Cristo, Dios y el Espíritu Santo, presentes en esa acción apostólica, misionera, evangelizadora.
 “Todos los cristianos somos enviados, porque todos formamos parte del pueblo santo de Dios, que es la Iglesia. Todos nosotros, que hemos recibido la vida, fuimos bautizados y somos cristianos, creyentes, hemos recibido el don pero también tenemos la misión de llevar adelante una misión, y debemos cumplirla”, señaló el obispo.
 Monseñor Frassia invitó a meditar este tema y recordó que es el mismo Jesús el que envía a predicar en su nombre. “Muchas veces, la suerte del enviado pasará por dificultades, tribulaciones, burlas, calumnias, incomprensiones; pero si le pasó al Maestro ¿no nos va a pasar a nosotros? ¡También nos va a pasar! Por lo tanto, si los resultados no son los esperados, nunca tenemos que desanimarnos porque lo importante es el Señor, que está detrás, adelante y en el centro de nuestra vida”, observó.
 El obispo de Avellaneda-Lanús invitó a confiar en el Señor y caminar por la vida como él lo pide, sin llevar cargas encima. “Si vamos cargados con nuestros egoísmos, nuestros narcisismos, nuestra autosuficiencia, seguridades, orgullos o vanidades, es evidente que llevamos tanta carga que el camino será muy pesado. Yo diría que, ante tan corto viaje, casi no hay que llevar valijas”, graficó el obispo.
 Para monseñor Frassia, el discípulo “tiene que estar ligero, andar liviano y libre” para que el Señor se comunique, llegue y esté presente en la vida de los demás.
 “Tenemos que tener esa capacidad de superar todos esos egoísmos para poder encontrar a Jesús. Porque cuando uno va en su nombre, verá cosas maravillosas. Cuando en su nombre bendice, acompaña, escucha, habla o hace silencio, el Señor se hace más elocuente que nosotros con la argumentación de tantas palabras. Sintámonos llamados, sí, pero también respondamos al envío cumpliendo con nuestra misión”, concluyó.+

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