LOS ACOMODATICIOS

LOS ACOMODATICIOS 
 En un mundo patas para arriba, algunos se acomodan caminando cabeza abajo y con las manos. Así se convierten en extraños seres sin pensamiento propio y también con pocos escrúpulos. Ese modo de vivir los lleva siempre a estar junto al de mayor poder, aunque este se encuentre a una distancia enorme de su propio pensamiento, es decir sin coincidencias. Hablan poco porque ¨ en boca cerrada no entran moscas ¨ y eso lo saben bien. Cuanto más tiempo permanezca en silencio menos posibilidades tendrá de equivocarse y hacer enojar a los que pusieron el mundo patas para arriba. Muchos ejemplares de esa especie se los encuentra sin dudas en el mundo de la política. 

 En estos tiempos se ha visto a varios saltimbanquis de la política pasarse de un bando a otro sin siquiera ponerse colorados. Una verdadera muestra de ¨ panquequismo ¨si se me permite el termíno.Con ese modo se sobrevivir se aseguran su existencia. José Ingenieros ya hablaba de estos personajes en su libro ¨ La Simulación en la Lucha por la Vida ¨. Allí ese sociólogo sostiene que ¨ El hombre lucha por la vida adaptando su conducta a las condiciones del ambiente en que se desenvuelve; la actividad mental le permite distinguir las ventajas y desventajas que un hecho o una cualidad personal implican para el desenvolvimiento de la personalidad. La conciencia de esa ventaja o desventaja hace que el individuo adapte su carácter a las condiciones de lucha ¨ es decir, simulan las cualidades ventajosas trasmitidas por el grupo donde se desenvuelve y disimula las propias que le pueden ser perjudiciales.
 En ese mundo pata para arribas, tener pensamiento propio es peligroso; ir contra la corriente puede significar quedar afuera de todo. No estar de acuerdo con lo que va a contramano de los usos y costumbres que hicieron nuestra nacionalidad es, por supuesto, incorrecto. Sin embargo, los convencidos de sus ideales sostienen esa posición a toda costa, incluso, a riesgo de ser calificado de ¨ loco trasnochado ¨.
 A ellos les sería mucho más fácil unirse a los que prefirieren caminar cabeza para abajo, es decir ser parte del rebaño, pero se niegan aunque deban vivir a pan y agua. Solo la fortaleza de sus creencias los endurece y les permite resistir, mientras los más débiles se someten a los caprichos de los que han dado vuelta el mundo. Los primeros prefieren morir de pie manteniéndose en su espacio. Según Ingeniero ¨ hay condiciones de lucha por la vida comunes a todos los hombres que viven en sociedad; a ellas se han adaptado medios de lucha y formas de simulación igualmente generales comprendidas en el arsenal corriente de la hipocresía y mentiras corrientes en todo agregado social ¨. Entre esos simuladores coloca a los ¨ demagogos ¨ y a quienes se muestran como muy religiosos sin serlo para ganarse la voluntad del soberano. Pero quienes sostienen sus ideales sin claudicar, no se dejan engañar por esas personalidades. No entran en esa variante porque son ellos mismos, sin máscaras y así se muestran. En una sociedad dada vuelta estos últimos no toleran que ¨ valga lo mismo Jesús que un ladrón, una victima que un victimario, un mercader de la política, que aquel que tiene los bolsillos cosidos, o bien que de lo mismo que una casa se convierta en prisión para sus habitantes, mientras los que delinquen se encuentran libres de esas rejas. Los unos, privados de su libertad, mientras los otros no tienen límites en su accionar. Nos dimos vuelta y muchos se acomodaron en ese giro con el argumento de la tolerancia, aunque a sabiendas del daño que se causa. Para los otros, los que aún caminan con los pies sobre la tierra continúan prefiriendo a Jesús, casas sin rejas, a los bolsillos cosidos de los trajes de los políticos y un castigo adecuado para los delincuentes, aunque el sostén de esas ideas no sea políticamente correcto.

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