Se dice popularmente que ¨ la única verdad es la realidad ¨ y la realidad esta en las calles y no en los confortables despachos oficiales. En verdad son dos realidades, las que viven ciertos personajes y la que padecen los humildes. Los unos, tienen bolsillos colmados de dinero mientras los otros, apenas rascan unas monedas de sus gastadas ropas. Estos últimos viven al día y como pueden. Entre ellos, hay padres de familia que además de penar por la dura vida que les toco, deben luchar contra toda adversidad
Un simple resfrío de algunos de sus miembros es toda una tragedia. Para los otros, el tema salud esta resuelto por las prepagas. Así son las cosas, los que viven del Estado tienen el, salario asegurado, mientras que aquellos que hacen malabares para ganar el pan, las cuentas siempre cierran en menos. Y a los que las cuentas nunca les dan superávit al parecer, cada vez son más y se los ve en las calles y eso, porque no se los puede esconder tras una pantalla. Para descubrirlos, alcanza con alejarse unas cuadras de los suntuosos despachos.
Ocurre que no son pocas las bocacalles en la que uno se encuentra con jóvenes malabaristas, algunos, incluso acompañados por sus novias o esposas. Allí muestran sus habilidades a cambio de unas monedas. Lo hacen en algunos casos revoleando clavas, haciendo saltar de un lado a otro un palo chino que golpea con arte, o bien montados una especie de bicicleta con una sola rueda haciendo equilibro. Al término de su acto, buscan entre los automovilista la deseada moneda, que es el pago voluntario del breve espectáculo, que dura tan solo el tiempo que tarda el semáforo en saltar del rojo al verde.
Estos personajes habilidosos pasaron sin dudas previamente por alguna escuela de circo, de las que hoy abundan en Buenos Aires. Sin embargo esa es una actividad con rápida salida laboral, es decir ¨ anda a la calle y gánate la vida como puedas ¨. Por supuesto que no está mal que alguien elija ese modo de vivir.
Pero ¿le sirve al país? estimo que no, porque esos jóvenes bien podrían esta empleados en otras actividades que incluso, como ocurre con quienes tiene asegurados su salario, ellos también no tuvieran sobresaltos en ese sentido.
Esa fuerza joven bien podría estar empleada en talleres o fabricas produciendo elementos manufacturados para consumo interno o para exportar, revirtiendo lo que ocurre cuando compramos mano de obra trayendo, productos terminados del exterior.
Otros que buscan su moneda son los limpia vidrios, cuyo lugar de trabajo también son las esquinas de transito vehicular, actividad que crece día a dia. Nuestra realidad nos muestra también un crecimiento notorio de los lavaderos de autos llamados ¨ artesanales ¨. Estos emprendimientos informales lo realizan jóvenes, que antes de herrumbrase en una esquina tomando y fumando alguna hierba, tratan de hacerse de algún dinero ¨ la diaria ¨ como dijo uno de ellos. Para ese emprendimiento les alcanza simplemente una hidro, la vereda o el garaje de su casa y algunos litros de agua. Un recurso válido pero que no alcanza para engrandecer a la Nación. Estas realidades se pueden apreciar con solo alejarse de las calles poco céntricas del conurbano.
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