Si la televisión que viene se dedicará a mostrar solamente a jóvenes encerrados en una casa y contemplados por una cámara durante las 24 horas, o programas similares, estamos fritos. En la pantalla ya no se ve a personajes vestidos con ropa de trabajo, al pie de un torno o colgado de un andamio levantando paredes contando sus historias. Al contrario, no hay novelas en la que no nos muestren otra cosa que a personas dedicadas al ocio o la diversión. Las buenas acciones ya no son ejemplo en el mundo de la televisión.
Desde allí, nos acostumbraron a las bromas pesadas y burlas a distintos personajes con un único objetivo; ganar un poco más de audiencia, sin importar el costo Parecería que lo real, cotidiano y los valores humanos que podrían trasmitir historias relacionadas a personas que la sudan a diario no le importa a nadie. Así es que, de tanto en tanto nos invaden con personajes de pasado turbio queriendo dar clases de moral, de evasores que buscan convencernos que en determinado lugar se puede comprar barato, olvidando que, algunos a su tiempo, podían hacerlo eludiendo los impuestos correspondientes a la actividad comercial, o simplemente esclavizando a los trabajadores. No faltan los opinólogos o alguna ex esposa de algún personaje de la política actual acusado de corrupción convertida en panelista. Eso ocurre hoy.
La pantalla chica, como suele decirse, fue ganada por el facilismo. En efecto, al igual que en el boxeo en programas de ese tipo se espera que se produzca el nocaut. Lo mismo ocurre al reunir a varios jóvenes mantenerlos encerrarlos y esperar que desaten todos sus instintos, es casi lo mismo. Tiempo atrás vimos como un programa se burlaba de ciertos personajes incluso ce personas mayores, realizando también bromas pesadas, como destruir automóvil, cuyo dueño lo cuidaba como un tesoro. En estos casos, claro esta, con la complicidad de ciertos familiares y porque no, también del propietario que luego era recompensado.
Hace poco tiempo, la serie dedicada a uno de los narcos más famoso Pablo Oscar Gaviria, por alguna razón inexplicable, concentro la atención de numeroso público. La vida de ese delincuente fue un atractivo para muchos, sin embargo, una novela basada también en la vida de alguno de los próceres de nuestro país como por ejemplo San Martín, o quizás, sobre héroes anónimos como lo son los bomberos voluntarios ¿habría concitado semejante audiencia? no lo sabemos porque no se ha intentado.
Sin embrago se vuelve a insistir en una temática que no aporta valores humanos. Tengamos en cuenta que, en un primer momento, los productores de ese programa pensaron en incorporar al motochorro de la Boca, el que se hizo famoso cuando quiso asaltar a un turista y luego se lo vio por la TV, aunque por razones desconocidas esa idea no prospero. Los aspirantes a ingresar La Casa esperan hacer carrera y ganar espacio en los medios, es decir harían cualquier cosa para lograrlo y se vio en las primeras emisiones del programa.
En el segundo capitulo de Gran Hermano ya hubo un topless protagonizada por una participante de 31años. También en la madrugada hubo escenas de sexo. En efecto, una de las parejas encerradas fueron los protagonistas de esas imágenes y pese a que estaban aislados es un cuarto y cubiertos apenas por una sabana buscando resguardar el momento íntimo, el ojo del Gran Hermano capto la escena y la reprodujo en la pantalla de TV. Eso fue lo más fuerte hasta el momento y no sabemos si respondió a las expectativas de los productores y seguidores, o aun esperan, como en el boxeo, el momento del nocaut, que no es otra cosa que una conmoción cerebral. En realidad nos pretendo que nos salpiquen con agua bendita solo pedimos que no nos produzcan una conmoción cerebral que nos impida pensar y discernir entre lo bueno y lo malo.
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