Martes 5 Ago 2014 | 11:29 am
Avellaneda (Buenos Aires) (AICA): El obispo de Avellaneda-Lanús, monseñor Rubén Oscar Frassia, comentó el evangelio dominical, en el que Mateo relata la multiplicación de los panes. El prelado recordó que Dios responde a las necesidades del hombre, y que ha venido para calmar el apetito de todos, si bien advirtió que las necesidades del hombre no se reducen meramente a lo corporal, sino que trascienden hasta llega a Dios.
El obispo de Avellaneda-Lanús, monseñor Rubén Oscar Frassia, comentó el evangelio dominical, en el que Mateo relata la multiplicación de los panes. El prelado recordó que Dios responde a las necesidades del hombre, y que ha venido para calmar el apetito de todos, si bien advirtió que las necesidades del hombre no se reducen meramente a lo corporal.
Monseñor Frassia explicó que las necesidades humanas no pueden ser reducidas meramente a lo corporal o humano, porque también hay otras necesidades: “Tenemos necesidad de la Palabra de Dios, de escucharla atentamente y de responder con responsabilidad; tenemos necesidad de la Verdad, de vivir en el amor, en la justicia; necesidad de respetarnos, de rezar. Es evidente que el ser humano las necesita y Dios viene a darlo pero uno tiene que colaborar con ello”.
El obispo explicó que en el relato evangélico se advierte que había mucha gente con hambre, y Jesús logró alimentarla con “algo” que fue transformado en mucho. “También nosotros tenemos que dar ‘algo’ para ser transformados: el esfuerzo, la tarea, el amor, el servicio, la constancia, la perseverancia, el sacrificio”, añadió.
“Es cierto que el hombre no sólo vive de pan, también vive de toda Palabra salida de Dios –señaló-. Es cierto que no sólo tiene sed de agua, también tiene sed del Espíritu. Es cierto que no sólo tiene necesidad de comer comida, también tiene necesidad de recibir a Cristo en la Eucaristía”.
“Pidamos al Señor pero para que se dé ese milagro también cada uno de nosotros tiene ‘algo’ que ofrecer y ofrecerlo con fe, con confianza y con decisión. Así se verá todo y todo será transformado. Que el Señor nos siga acompañando con su presencia, sabiendo que no sólo se vive de pan sino de toda Palabra salida de la boca de Dios”, concluyó el prelado.+
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