VIOLENCIA ¿LO QUE?
Y si, violencia no es solo propinarle un puñetazo en alguna parte del cuerpo a un semejante. Lo es también pasar primero en una boca calle, aunque el otro tenga prioridad de paso. Si, son dos casos diferentes pero violentos el fin. Entre esa violencia ¨ no convencional ¨, figura la prepotencia con que algunos trapitos exigen cobrar por ¨ cuidar ¨ un auto en la vía pública y, por lo tanto, libre de todo tipo pago. En estos casos, los conductores no se atreven a rechazar la propuesta, por las consecuencias posteriores que pudiera sufrir su vehiculo. Prefieren pagar lo que piden esos individuos, y guardar su bronca ante tal injusticia. Así se vio violentado su derecho y deja que así sea, porque no encuentra quien lo ampare.
Otras formas, son el maltrato que reciben los pasajeros de distintas líneas de colectivos, que para ascender a los vehículos, deben realizar grandes esfuerzos, porque muy rara vez los chóferes arriman a los cordones de la vereda para facilitar esa maniobra. Pero hay más. Por ejemplo, tirar la basura en un lugar no adecuado despreciando al prójimo, puede considerarse también como un acto violento, porque muestra la falta de una convivencia armoniosa entre convecinos.
Lo es también la mentira y el engaño utilizado para aprovecharse del otro. No cumplir con las promesas realizadas, el maltrato a niños y ancianos forman parte del espiral de violencia en la que estamos padeciendo.
Violentos son -para una sociedad que aun cree que todo aún no esta perdido- los mensajes provenientes de los distintos medios, algunos de los cuales nos muestran que fumarse un porro no genera ninguna consecuencia posterior, y solamente causa placer. La pantalla de televisión no siempre nos divierte. En las llamadas telenovelas, hay escenas de violencia y, en muchos casos, contra las mujeres. En verdad, se trata de ficción, pero desde esa misma pantalla podrían emitirse mejores mensaje, como por ejemplo, que deben recobrarse los valores humanos y de ese modo comenzar a desandar el sendero de la violencia.
Otras formas, son los arrebatos que padecen desprevenidos transeúntes a manos de motochorros, que no dudan en lastimar a la victima, si esta se atreve a resistirse a su propósito. Tampoco dudan en dispararle a un comerciante, aunque este no ofrezca resistencia. Es más grave aún, cuando uno más desconocido penetran en distintas viviendas con el propósito de alzarse con todos los bienes que, con enorme esfuerzo pudo obtener el sorprendido propietario. Entraderas, salideras, escruches, oportunistas, cuenteros, en fin delitos de todo tipo, cometidos por malandras dispuestos que pasemos un mal rato.
Pero hay otros violentos. En este caso son los llamados barras bravas, los que siempre tienen alguna escusa para enfrentarse entre ellos. También son violentos los desmanes que generan de tanto en tanto esos individuos a la salida de las canchas, generando miedo entre los vecinos del lugar. Cargados de tanta violencia, la sociedad cambio su forma de actuar. En los últimos tiempos hemos sido testigo de cómo una simple discusión de transito termina en una tragedia.
Jóvenes que se agreden sin motivo, mientras que otros contemplan la pelea se ha tornado algo común por estos días. Sin embargo, se esta a tiempo de cambiar esa violencia cotidiana en la que estamos inmerso, si comenzamos a respetarnos más entre nosotros retomando al mismo tiempo, la senda de los valores humanos.
sciosciagerardo@gmail.com
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