DE PERROS, GATOS, LADRONES Y HONESTOS

DE PERROS, GATOS, LADRONES Y HONESTOS 
 Quien no ha visto a un perro correr a un gato para atraparlo. Ambos disparan como en un juego. El uno tratando de alcanzar al otro, mientras que ese otro busca no ser alcanzado por su perseguidor. Sin embargo, todo termina abruptamente, cuando al sentirse acorralado el gato gira y se enfrenta al perro que estaba a punto de alcanzarlo. Es entonces que el manso gato se vuelve en un animal feroz. 

 En esas circunstancias el felino acorralado muestra sus uñas y dientes lanzando zarpazos a su atacante provocando la huida de este último, no sin algunos arañazos. Una sociedad hostigada por la delincuencia,-que ha puesto en jaque a todos los ciudadanos honestos y pacíficos- también busca defenderse de esos atacantes, por lo que cuando puede, también se ¨ para de manos ¨ frente a ellos. Eso es lo que se esta viviendo en la actualidad.
 Al parecer, la violencia manifestada por la delincuencia, desde hace un tiempo, es respondida con violencia por parte de la sociedad. En efecto, la bronca e impotencia contenida frente a lo que se vive diariamente, se tradujo en intentos de linchamiento durante varias ¨ detenciones ciudadanas y así entramos en un camino peligroso. Sin embargo, no estamos en la selva, aunque actualmente lo parezca. Nadie debe hacer justicia por mano propia, pero tampoco tolerar una creciente ola delictiva cada vez más violenta.
 Pero estamos aquí y ahora maltratándonos los unos a los otros. Nos agreden, nos vejan y matan y, si por fortuna alguno de esos inadaptados es detenido, al poco tiempo lo vemos caminando nuevamente junto a nosotros, por lo que sin dudas ha sido el caldo de cultivo para que hoy vivamos estos momentos difíciles. Pero se esta a tiempo de cambiar esta realidad. Es que si bien somos animales como el perro y el gato, nos diferenciamos de ellos por tener raciocinio y podemos discernir lo que es bueno de malo.
 Esto último es sin dudas tomar represalias por mano propia. En cambio lo bueno, es darle el castigo justo al que no supo adaptarse a la sociedad. Pero eso solamente puede hacerlo la justicia. En efecto, la señora con la balanza en la mano y ojos vendados debe caer con todo sobre los que delinquen y darle la condena que corresponda por el daño provocado sin atenuantes de ninguna naturaleza, porque ese individuo tomo el camino equivocado y atentó contra la sociedad honesta y trabajadora. Al mismo tiempo ocuparse de la victima para que se sienta protegida. Así pronto se pondría fin a este espiral de violencia de uno y otro lado. Estamos entre seres humanos y pensantes y seríamos distintos al gato que deja correr por el perro hasta que el primero decide enfrentarlo y defenderse porque entre ellos impera la ley de la selva. 

sciosciagerardo@gmail.com

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