ARGENTINA Y SU JOVEN DEMOCRACIA

ARGENTINA Y SU JOVEN DEMOCRACIA 
 Si bien la democracia no es perfecta, es uno de los mejores sistemas de gobierno porque es el de las mayorías con respeto a las minorías. Hace apenas 30 años supimos recuperarla y, desde entonces, muchas cosas han cambiado en nuestras vidas. Además de otros beneficios que ella nos brinda y que gozamos actualmente se encuentra el que podemos expresarnos libremente y no atemorizarnos cuando golpean a nuestra puerta, como ocurría en los siete oscuros años que duró la Dictadura. 

 Ese pasado reciente nos duele porque nos dejó heridas terribles y difíciles de restañar. Pero a esta joven democracia debemos cuidarla como se cuida a un recién nacido. Todos los días hay que arroparla y mimarla. También se debe velar que no la afecten enfermedades que la debiliten. Los agentes contaminantes para su salud, como lo es la corrupción o la soberbia deben ser eliminados y el medicamento adecuado para combatirlos es simple: grageas de solidaridad, respeto, humildad y grandes dosis de honestidad.
 Por otra parte nadie ha de ser más que otro. Los mandantes y los mandados, es decir los dirigentes políticos y los dirigidos deben ser iguales de argentinos porque son hermanos que viven en un mismo territorio, con iguales derechos y obligaciones. Los unos y los otros deben ser respetuosos de las normas y leyes establecidas en la Constitución y no modificarlas a conveniencia. Somos muy jóvenes y como tal, mucho tenemos mucho que aprender.
 En cuanto a los dirigentes, estos deben caminar más seguido al lado de la gente. No basta con tomarse una foto empuñando una pala al anunciarse o iniciarse una obra pública. De vez en cuando también con esa herramienta debe abrir zanjas a la par de los otros trabajadores, acompañar al tornero o al carpintero en su lugar de trabajo. En resumen deben estar más tiempo cerca de esos hombres. Para ello también debe acompañarlo en los viajes que realizan a diario en los distintos medios de trasporte, para sentir lo que ellos sienten cuando se trasladan a sus ocupaciones hacinados. Con esa experiencia, le resultará más fácil legislar pensando en los miles de hombres y mujeres que a diario mueven la maquinaria productiva en agotadoras jornadas de labor.
 El Congreso de la Nación es el recinto donde funciona la democracia porque allí se reúnen todas las corrientes políticas, y es por esa razón que, cuando se reparó su cúpula, escribí una nota sobre la importancia de ese hecho para la nueva etapa que se iniciaba en el país. Sin embargo, hace poco me lamentaba porque ese edificio que se mantuvo clausurado durante el gobierno militar, al igual que la Casa Rosada se los enrejó. Me preguntaba entonces el porque de esa medida ¿será que la dirigencia política se aparto de la gente y le teme al pueblo? La nuestra es una democracia apenas adolescente y como tal, puede cometer errores y de allí, el enrejado de esos edificios representativos de la democracia, a la que tanto costo llegar y gozar de ella.

 sciosciagerardo@gmail.com

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