Oikeiosis “


Oikeiosis “
…en la primera fila se hallan los que tienen más esperanza, llamados injustamente los desesperados…” 
(Lord Byron, El sitio de Corinto) 

 Un ocultismo indescifrable de animismo latente; a veces intentando mostrarlo cutáneo a partir de cierto procedimiento de oikeiosis -es decir, desde una considerada voluntad de apropiación o atracción (hasta de invitación) en referencia a los elementos valorados como beneficiosos a nuestra existencia. Así pareciera que se-sucede la esperanza…
 Pero es indudable que la desesperación aparece cuando no se genera una comprensión de la palabra en el enunciado contextualizado. Cuando la contra-palabra no se gesta. El diálogo no aparece como “respuesta”. La lengua se uni-dimensiona, y el ofuscamiento angustiante se sobredimensiona -nos dimensiona. Los situacionistas internacionales hablaban, frente al espectáculo reinante, de configurar una actividad de pensamiento que gire en torno a la cuestión de la “reorganización de la fuerza teórica y de la fuerza material del movimiento de la contestación”. Un acto de réplica, de contra-decir, al “decir” propagandista imperante: ¿desde dónde?… Desde aquello que algunos llaman la trama “traumática” de contrariedades y contradicciones -ya sea considerada en lógicas de lenguaje, de luchas-de-clases, etc.. Desde la efervescencia heterogénea que la existencia implica. A veces indagando las pasiones dentro de un marco material que lo atraviesa y condiciona; en otros casos, retirándose a la apatía, abordando aquello que trasciende, que intenta permanecer-deviniendo-en-el-cambio. En este caso, el esperanzado es alguien que transita un comportamiento de anomia (sin ley - alegal) necesario para pensar no-preceptos preceptos. La esperanza habilita la consideración de nuevas disposiciones que permitan legitimarse “revulsivamente” : sin cerrar su carácter de consagración, en apertura constante. Aquí no existe un cultismo al negacionismo absoluto y aislacionista, sino todo lo contrario: un llamamiento o una invitación a -una apropiación o atracción de- las modalidades de entender y sentir las diferentes posibles maneras de comportarnos, junto a los mecanismos institucionales necesarios en ansias de su consecución.
 Quizás, debamos inclinarnos hacia, y satisfacer, cierta genialidad perdida en la culminación de la niñez, cuando por entonces las preguntas permanentes incomodaban a los adultos ante la imposibilidad de respuesta justificada alguna. Jasper dice: “…es como si con los años cayésemos en la prisión de las convenciones y las opiniones corrientes, de las ocultaciones y de las cosas que no son cuestión, perdiendo la ingenuidad del niño. Se halla éste aún francamente en ese estado de la vida en que ésta brota, sintiendo, viendo y preguntando cosas que pronto se le escapan para siempre” (Karl Jasper, La filosofía. Desde el punto de vista de la existencia).
 ¿Nos apropiamos nuevamente de tal niño-comportamiento para no desesperar y confiarnos en movilizante esperanza alternativa? La reminiscencia es un acto de recuerdo, de memoria sobre algo olvidado pasible de volver a tornarse evidente. Es definida como un principio activo del alma: lo que hace que ésta supere el estado de somnolencia en el cual se halla sumida cuando vive entregada a las cosas y a la acción olvidándose de la contemplación y del ser verdadero… Por esta vía es probable que podamos emprender el camino para pensar-nos atractivamente…

 Lucas R. López 
lucasrl@hotmail.com.ar

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