Las velas de uso en la liturgia católica deben ser de cera
Martes 28 May 2013 | 11:27 am
Sarandí (Buenos Aires) (AICA): Encender velas y lámparas era considerado en tiempos muy antiguos como una prueba exterior de alegría y también por medio de ellas se expresaba respeto hacia ciertas personas distinguidas. Así es que se llevaba delante de algunos magistrados romanos, entre otras insignias de distinción, una mesa en la que había un libro y dos candeleros con velas encendidas. La Iglesia, al igual que lo hizo con algunas vestimentas romanas, adoptó también en las celebraciones litúrgicas el uso de velas y su simbolismo de respeto y adoración a Dios, pero estableció que dichas velas deben ser de cera virgen. AICA dialogó con el responsable de que a la Iglesia no le falten estas nobles luminarias.
Encender velas y lámparas era considerado en tiempos muy antiguos como una prueba exterior de alegría y también por medio de ellas se expresaba respeto hacia ciertas personas distinguidas. Así es que se llevaba delante de algunos magistrados romanos entre otras insignias de distinción una mesa en la que había un libro y dos candeleros con velas encendidas.
La Iglesia, al igual que lo hizo con algunas vestimentas romanas, adoptó también en las celebraciones litúrgicas el uso de velas y su simbolismo de respeto y adoración a Dios.
Otros sostienen que los primeros cristianos tomaron este uso de los judíos. Sin embargo, parece que el origen o introducción de las candelas no debe buscarse ni en unos ni en otros, sino en el cristianismo mismo.
Es bien sabido que no pudiendo reunirse los primeros cristianos sino en lugares ocultos y subterráneos, como las catacumbas, estaban obligados a valerse de antorchas y luces para la celebración eucarística y cuando después pudieron edificar altares y templos tuvieron también necesidad de ellas porque estos estaban construidos de modo que apenas dejaban entrar la luz con el objeto de inspirar más respeto y veneración por medio de la penumbra. Este parece el origen más natural de la introducción de los cirios en la liturgia católica.
Las velas en la Iglesia
En otro tiempo no se ponían las velas encendidas sobre el altar, sino sobre unos maderos o tablas que atravesaban el santuario o el coro. Hoy, para la celebración de la misa debe haber un crucifijo y al menos dos velas encendidas sobre el altar.
Pero el uso más eminente de la vela es el Cirio Pascual, que representa a Cristo resucitado. Es una vela de grandes dimensiones que en la Víspera Pascual se la decora simbólicamente y luego se la enciende con la lumbre del fuego nuevo, y así ingresa en el templo encabezando la solemne procesión de la Luz, seguida por el pueblo que canta a la Luz de Cristo.
Llegado al altar se canta el “Pregón Pascual”, una de las joyas literarias de la liturgia católica, que habla de la “Noche” dichosa en que se une lo humano con lo divino, iluminada por el Cirio “cuya materia labraron las abejas”, y cuya luz se alimenta de la cera derretida, que sacó la madre abeja, para sustancia de esta preciosa lámpara”.
En estos párrafos está, precisamente, la explicación de por qué la Iglesia exige que las velas que se usan para la misa, los oficios divinos, los sacramentos y los sacramentales.
Este Cirio Pascual permanece en el presbiterio, encendido en las celebraciones litúrgicas durante siete semanas hasta el día de Pentecostés, fiesta que la Iglesia celebró ayer con la que clausuró el tiempo pascual.
Un oficio noble
Como se deduce del permanente uso diario, la Iglesia consume un volumen muy grande de velas y AICA quiso averiguar quiénes y dónde se producen estos elementos indispensables del culto católico. El cronista tuvo la ocasión de dialogar con Gonzalo Llaser, en Avellaneda, en jurisdicción de la parroquia Nuestra Señora de Loreto, diócesis de Avellaneda-Lanús.
-¿Desde cuándo esta casa se dedica a un oficio tan noble y necesario?
-Continuadores de una tradición de más de 100 años, la conjunción de sucesivas generaciones de maestros artesanos y materias primas selecionadas, hacen que nuestras velas se caractericen por su color, brillo y buen funcionamiento, siendo su aspecto natural.
-¿Cuán intensivo es el uso de velas por parte de la Iglesia?
-No tengo números en la mano, pero calcule usted que en nuestro país entre parroquias, iglesias y capillas, monasterios y casas religiosas hay más de 15.000 lugares donde se usan, en mayor o menor cantidad, velas litúrgicas, y se dará cuenta de que el uso es considerablemente alto. El uso diario en las celebraciones de la misa, se intensifica en ciertas épocas del año, como en el adviento que desde hace unos años se incorporó la ceremonia de la Corona circular; la fiesta de la Candelaria, en la que se bendicen las velas propias de ese día; la procesión del Cirio Pascual, en la que el pueblo participa llevando una vela encendida, y otras celebraciones en las que el pueblo acompaña las procesiones portando velas, sumando a ello las devociones particulares de advocaciones religiosas.
-¿Cómo se ingenian para responder a tanta demanda?
Una experiencia centenaria nos capacita para programar la producción, de manera de poder contar con amplias reservas de materia prima y stock de productos elaborados y así poder cumplimentar las necesidades y requerimientos, en tiempo y forma; las entregas en la ciudad de Buenos Aires y en el Gran Buenos Aires, donde está el mayor consumo, las realizamos con nuestros propios equipos y en todos los casos sin cargo; para los usuarios del interior del país llevamos hasta el transporte solicitado también sin cargo
Asimismo, nuestra atención es personalizada, brindando a quienes nos consultan la dedicación más esmerada; nuestra premisa es: “es mi hermano quien me está llamando”.
-El material producido y distribuido por la casa Velas Varela contempla las exigencias de carácter litúrgico?
-Nuestras velas cumplimentan las exigencias de la liturgia de la Iglesia Católica, ya que están elaboradas con cera virgen. Pero también elaboramos velas con otros materiales, como estearina, para satisfacer las necesidades de quienes consumen este tipo de velas.
Para mayores informes llamar a los teléfonos (011) 4270-8734 begin_of_the_skype_highlighting
(011) 4270-8734 GRATIS end_of_the_skype_highlighting ; 2005-0401; 15.6251-9784; Correo electrónico: ventas@velasvarela.com.ar; sitio web: www.velasvarela.com.ar.+
La Iglesia, al igual que lo hizo con algunas vestimentas romanas, adoptó también en las celebraciones litúrgicas el uso de velas y su simbolismo de respeto y adoración a Dios.
Otros sostienen que los primeros cristianos tomaron este uso de los judíos. Sin embargo, parece que el origen o introducción de las candelas no debe buscarse ni en unos ni en otros, sino en el cristianismo mismo.
Es bien sabido que no pudiendo reunirse los primeros cristianos sino en lugares ocultos y subterráneos, como las catacumbas, estaban obligados a valerse de antorchas y luces para la celebración eucarística y cuando después pudieron edificar altares y templos tuvieron también necesidad de ellas porque estos estaban construidos de modo que apenas dejaban entrar la luz con el objeto de inspirar más respeto y veneración por medio de la penumbra. Este parece el origen más natural de la introducción de los cirios en la liturgia católica.
Las velas en la Iglesia
En otro tiempo no se ponían las velas encendidas sobre el altar, sino sobre unos maderos o tablas que atravesaban el santuario o el coro. Hoy, para la celebración de la misa debe haber un crucifijo y al menos dos velas encendidas sobre el altar.
Pero el uso más eminente de la vela es el Cirio Pascual, que representa a Cristo resucitado. Es una vela de grandes dimensiones que en la Víspera Pascual se la decora simbólicamente y luego se la enciende con la lumbre del fuego nuevo, y así ingresa en el templo encabezando la solemne procesión de la Luz, seguida por el pueblo que canta a la Luz de Cristo.
Llegado al altar se canta el “Pregón Pascual”, una de las joyas literarias de la liturgia católica, que habla de la “Noche” dichosa en que se une lo humano con lo divino, iluminada por el Cirio “cuya materia labraron las abejas”, y cuya luz se alimenta de la cera derretida, que sacó la madre abeja, para sustancia de esta preciosa lámpara”.
En estos párrafos está, precisamente, la explicación de por qué la Iglesia exige que las velas que se usan para la misa, los oficios divinos, los sacramentos y los sacramentales.
Este Cirio Pascual permanece en el presbiterio, encendido en las celebraciones litúrgicas durante siete semanas hasta el día de Pentecostés, fiesta que la Iglesia celebró ayer con la que clausuró el tiempo pascual.
Un oficio noble
Como se deduce del permanente uso diario, la Iglesia consume un volumen muy grande de velas y AICA quiso averiguar quiénes y dónde se producen estos elementos indispensables del culto católico. El cronista tuvo la ocasión de dialogar con Gonzalo Llaser, en Avellaneda, en jurisdicción de la parroquia Nuestra Señora de Loreto, diócesis de Avellaneda-Lanús.
-¿Desde cuándo esta casa se dedica a un oficio tan noble y necesario?
-Continuadores de una tradición de más de 100 años, la conjunción de sucesivas generaciones de maestros artesanos y materias primas selecionadas, hacen que nuestras velas se caractericen por su color, brillo y buen funcionamiento, siendo su aspecto natural.
-¿Cuán intensivo es el uso de velas por parte de la Iglesia?
-No tengo números en la mano, pero calcule usted que en nuestro país entre parroquias, iglesias y capillas, monasterios y casas religiosas hay más de 15.000 lugares donde se usan, en mayor o menor cantidad, velas litúrgicas, y se dará cuenta de que el uso es considerablemente alto. El uso diario en las celebraciones de la misa, se intensifica en ciertas épocas del año, como en el adviento que desde hace unos años se incorporó la ceremonia de la Corona circular; la fiesta de la Candelaria, en la que se bendicen las velas propias de ese día; la procesión del Cirio Pascual, en la que el pueblo participa llevando una vela encendida, y otras celebraciones en las que el pueblo acompaña las procesiones portando velas, sumando a ello las devociones particulares de advocaciones religiosas.
-¿Cómo se ingenian para responder a tanta demanda?
Una experiencia centenaria nos capacita para programar la producción, de manera de poder contar con amplias reservas de materia prima y stock de productos elaborados y así poder cumplimentar las necesidades y requerimientos, en tiempo y forma; las entregas en la ciudad de Buenos Aires y en el Gran Buenos Aires, donde está el mayor consumo, las realizamos con nuestros propios equipos y en todos los casos sin cargo; para los usuarios del interior del país llevamos hasta el transporte solicitado también sin cargo
Asimismo, nuestra atención es personalizada, brindando a quienes nos consultan la dedicación más esmerada; nuestra premisa es: “es mi hermano quien me está llamando”.
-El material producido y distribuido por la casa Velas Varela contempla las exigencias de carácter litúrgico?
-Nuestras velas cumplimentan las exigencias de la liturgia de la Iglesia Católica, ya que están elaboradas con cera virgen. Pero también elaboramos velas con otros materiales, como estearina, para satisfacer las necesidades de quienes consumen este tipo de velas.
Para mayores informes llamar a los teléfonos (011) 4270-8734 begin_of_the_skype_highlighting
(011) 4270-8734 GRATIS end_of_the_skype_highlighting ; 2005-0401; 15.6251-9784; Correo electrónico: ventas@velasvarela.com.ar; sitio web: www.velasvarela.com.ar.+ .JPG)
Comentarios