Un 25 de Enero de no hace muchos años, toda una mafia policial de nuestra hermosa bonaerense, "la mejor policía del mundo" según Duhalde; ponía fin a la vida de este trabajador.
El motivo, una foto y quedar bien con el mandamás del correo privado.
Toda una historia siniestra con complicidades dignas del mejor narrador de tramas truculentas, y con lo vergonzante de que la misma policía que investigaba el hecho era la que lo había asesinado.
Ríos de tinta han corrido para dar cuenta de este espeluznante hecho, miles de folios contienen las secuencias mas profundas de la increíble historia de esta muerte sin sentido que aun hoy, tiene su huella en la mente de cada uno de nosotros; es que en esta muerte vemos el inmenso poder de la bonaerense para decretar tu vida o tu muerte.
Quien ha seguido de cerca los detalles más escabrosos de este trágico suceso, vio confabulaciones, falsas pruebas, falsos testigos, todos elucubrados por la misma policía que investigaba en aras de proteger a los autores del hecho.
Que si los autores fueron a prisión, fueron liberados, o aún están detrás de las rejas, poco importa; a esta vida perdida no la vamos a recuperar.
Lo que importa es que a diario vemos, que pese a las purgas, las disponibilidades, la prescindibilidad, creación de órganos de control, los integrantes de la bonaerense, todos los días son noticia y no por un trabajo bien hecho, sino todo lo contrario.
Son noticias mas por sus delitos que por prevenirlos; que si hay delincuencia, si hay. ¿Pero todos son delincuentes, delincuentes o muchos de ellos en algún momento del día visten uniforme?
Lo más preocupante es que muchos funcionarios dicen tener a la bonaerense bajo control; pero la fuerza no se dio por enterada de esos controles y siguen como si ellos dispusieran la seguridad de la Provincia.
Lentamente las paralelas de la delincuencia y la policía se van acercando, mientras que un frió silencio y una mirada impávida de nuestros gobernantes, nos dan señales de alarma.
Lo ocurrido a CABEZAS, en nuestra amada democracia, debe sentar un precedente de compromiso ciudadano para olvidarnos del "no te metas"; debemos ser participes y actores de nuestro propio destino.
Y no olvidar jamás lo que le hizo la bonaerense a CABEZAS y a tantos otros cuyos cadáveres son mudos testigos de la violencia enquistada en esta fuerza; institución que supuestamente debería protegernos.
Alfredo Silverio Rodríguez
DNI.11894278
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