A veces ciertos conceptos y términos suelen adquirir determinado carácter populoso.
Administrados en varias expresiones, con texturas más bien abiertas, impiden ser precisados y clarificados para descifrar la real significación de su construcción. A veces ocurre, no siempre, que la gran extensión del término, o del concepto, suele traer aparejado la confusión reinante de la vaguedad significante. De la extensión múltiple articulada en cada caso, la poquedad se hace presente. Transitar por el portezuelo de entre estos dos extremos es una tarea ilustrativa que colabora con el entendimiento del texto esgrimido.
Modelar (“modeler”, en francés) es presentar cierta estructura como diseñadora de lo que acontece. Es involucrar a un conjunto sistematizado de enunciados-acciones desde cierto carácter fundacional, a partir de los cuales desenvolver (condensadamente) otros enunciados-acciones que se desplieguen de aquellos en función del relato sobre lo existente. La dificultad, siempre necesariamente buscada por el investigador, ocurre en el vínculo que podamos establecer entre el arquetipo planteado y lo que pueda llegar a presentar como lo real; en la tensión que emerja entre su conceptualización pretendida y el evento efectivizado. La analiticidad de la tarea subsiguiente, al ser presentada tal tensión, sugiere la descomposición de tal todo-en-sus-partes; relevamiento de sus principios, y de las correspondientes cadenas enunciativas-prácticas consecuentes. Podríamos decir que se presentarían dos ámbitos de análisis: la coherencia interna, lógicamente analizada, y la coherencia externa, bajo la apreciación experimental del mecanismo de abordaje sobre el dato material modelado. Des-glosar un acontecimiento invoca un modo de clarificación de sus componentes. Justamente, se trata de compulsar entre distintos mecanismos de recopilación, y entendimiento, de lo que sucede; mecanismos que procuran solidificar las pretensiones de los modelos a los cuales pertenecen. La intensión es ir descubriendo la episteme, en términos foucaultianos, de tales matrices ontologizantes. Identificar sus construcciones básicas con sus articulaciones próximas. Juzgar su capacidad constructiva-expresiva. Vivenciar su arbitrariedad histórica potencialmente otra. Como expresaría Diógenes de Sínope, buscando al hombre en la anti-naturalidad de las costumbres.
De esta manera, la consistencia de un término o concepto debe ser determinada a partir de una visión completa de su viscosidad. Una aprehensión que refleje la participación del mismo en cierta estructuración modelista. La vaguedad de un término o concepto, en todo caso, sería producto de una extensión múltiple y dispar dentro de un proceso de alteración constante. Personificar e hipostasiar términos o conceptos son algunas de las enfermedades descriptivas de la palabra-en-maqueta. La confusión es el único flotante. Transitar tal situación de obscenidad referencial, es permitir-se enceguecer-se. El porno-significante logra su cometido.
Lucas R. López
lucasrl@hotmail.com.ar
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