DE PROFETAS Y HECHICEROS


DE PROFETAS Y HECHICEROS. 
 Y como todo lo bueno tiene que terminar, ya estamos recorriendo los últimos veinte días de actividad política y judicial, cuyas actitudes y manifestaciones dieron muestras que la cultura que se pregona, aún no ha llegado a nuestras costas. 

 El mes venidero, último del año, nos va dejando entre tristezas y alegrías. Y como si fuera un telón de fondo de una comedia trágica se va apagando su brillo y oropeles entre la bruma del amanecer de un nuevo año.
 Nosotros los espectadores, testigos obligados de una realidad política muy distinta a la que fuimos enseñados, pagamos una entrada muy costosa para ver: hechos, discursos, acusaciones, que se ventilaron con un tono alejado de lo que uno considera dialogo constructivo y con cultura.
 Si no conociéramos a las personas involucradas y solo escucháramos las palabras que entre ellos se dicen, quizás tendríamos la idea de que se trata de una discusión entre personas de escasa formación cultural, con alto índice de agresividad verbal que solo desean causar un daño personal y moral a su interlocutor.
 Al conocer a los protagonistas, uno no entiende para que sirvió una formación académica, años de experiencia política, prudencia, decoro, y cautela que debe primar en una persona designada en un cargo representativo del Estado o de agrupaciones políticos sindicales.
 Y los insultos, agresiones verbales, conceptos degradantes, y otras yerbas fueron las estrellas de esta comedia que alimento a los titulares de los periódicos en este año que termina.
 Es que, cuando el espectador pensaba que la comedia ya terminaba, ingresaba en escena un nuevo personaje, que mediante algún descalificativo daba nuevo impulso al vodevil que mantuvo expectante a todo un país.
 La reciprocidad de los agravios, estuvo en todos los niveles de los representantes de la sociedad; la cual no creo que desee ese comportamiento de sus representantes, quizás esperaba un dialogo constructivo, de acercamiento en busca de puntos en común para lograr una política de gestión mas pluralista, coherente y de inclusión social.
 En lugar de eso, se estuvo frente a un universo de insultos, sospechas, descalificativos, y actitudes propias de gente de baja estofa y de mala calaña; y no de las personas que deben representar y solucionar los problemas que afectan a nuestra sociedad.
 Este año, se va victorioso; la concordia y la comprensión que estuvieron ausentes, se quedaron entre bambalinas a la espera del próximo acto. Los primeros actores, luego de este fatigoso año, darán descanso a sus huesos en alguna playa, desde donde publicitaran el libreto de la nueva comedia o drama que el venidero año pondrán en escena.
 Los que sostenemos y somos base del sistema social en el cual se apoya la estructura gubernamental, esperamos que la dirigencia de pautas claras y muestre, que realmente están capacitados para la tarea que tienen a su cargo.
 El próximo año, viene con regalo; viene con las elecciones tan ansiadas por los que quieren dejar su huella política marcada a fuego en la mente colectiva del electorado. Los viejos manuales de seducción social y política van desempolvando sus hojas, para ser manoseados por cuanto candidato se acerque a su pedestal.
 Viejos libros, como el arte de la guerra, vomitaran su enseñanza por boca de los candidatos; la historia vuelve a renacer en cada discurso, en cada inauguración y como si fuera parte de un ceremonial fúnebre se recordara en actos las palabras de los que ya no están. Y en su nombre enarbolaran las banderas de sus ideas, para lograr la sugestión de las masas que siguen sus pasos hinoptizados por el encantamiento de su vibrante predica.
 Es ritual cuasi trágico desnudara mentiras, verdades y promesas de dudoso cumplimiento, la psicología abundara en explicaciones para arribar a una conclusión sobre el comportamiento de todos nosotros. Los encuestadores tomándonos como cobayos de un experimento fallido, con lujo y amplitud de detalles mostraran que en nuestro ser interior elegimos la opción menos venenosa y sobre la que no se tiene antídoto conocido.
 Este ritual, se repite cada dos años de esta democracia, y pese a las promesas dadas en todos nuestros años de vida, aún estamos esperando que alguien, algún día, las cumpla.
 Quizás los dirigentes, embravecidos por su puesto, solo escuchan las trompetas del triunfo y no las voces de un pueblo que clama, seguridad, justicia y paz social.
 A todos los dirigentes, les digo, que recuerden que la sociedad permanece en el tiempo y su cargo es efímero. Sus bocas, deben decir verdades no falsas promesas y que hay una gran diferencia entre profeta y hechicero.

 Alfredo Silverio Rodriguez 
 DNI.11894278 
 ALSINA 1310 
 TEL.1567018038 
 http://seguridadciudadanaburzaco.blogspot.com.ar/

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