Enunciado autónomo
Cuando nos ofrecemos en palabra, el sentimiento de manifestación debe abrirse desde la absoluta autonomía para, re-configurándose en estelares destellos verbales, consolidar el pensamiento y acto libre. Es imposible pensar cierta consideración estimativa para un discurso encadenado a opacidades perceptivas, y expositor de una lógica institucionalmente a-histórica. Ningún columpiar podría desdibujar su promoción. Ningún plenilunio astro-aromatizador de nuevas metamorfosis acudiría a su posible justificación aceptable.
La fuerza del enunciado parte de su capacidad de auto-apreciación dentro de un contexto; de su advertencia sobre su génesis y su potencial llegada. Su interés consiste en advertir cuando el enunciado desprende juicios que invitan a discurrir la determinación de su misma plaza de enunciación. Allí se referencia la función instaurada contra la cual, en última instancia, se pretende zafar. La impregnada institucionalidad, que subyacente en el juicio es repelida por él mismo: el doble acto alusivo. En la misma expresión sobre la índole volátil de lo mencionado, se afirma también el comedido entendimiento naturalizante-naturalizado. De manera directa ó indirecta, damos lugar a su presencia; en estos casos, justamente, para indicar su personalidad vinculante.
Estos enunciados ejemplificadores de movimiento científicamente progresivo contradicen a aquellos que atestiguan a favor de relaciones conceptuales más densamente establecidas y aceptadas, quienes confinan la contextualización del enunciado a un segundo plano del trabajo analítico. Si no la reclinan en secundaria importancia, intentarán limitar su capacidad reflexiva para permitir que ciertos rasgos institucionalizantes no sean puestos en duda ni criticados suficientemente en la expresión. Aquí es donde actúa la pléyade enunciativa defensora del entendimiento vigente.
Para quién se pregunte sobre la dinámica obligada que permita una palabra auténtica, piense en el “amor libre”: desarrollo del sentimiento sin institución coercitiva alguna.
Lucas R. López
lucasrl@hotmail.com.ar
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