Urge crecer y madurar en el amor
Avellaneda (Buenos Aires), 17 May. 12 (AICA)
Mons. Rubén Oscar Frassia, obispo de Avellaneda-Lanús
El obispo de Avellaneda-Lanús, monseñor Rubén Frassia, recordó que “el amor de Dios no es un amor posesivo, egoísta, mezquino, interesado, sino que el amor de Dios nos busca y busca nuestro propio bien”.
“Como decía Santo Tomás ‘es un amor de benevolencia’, querer el bien del otro y tomar al otro como persona, como sujeto y no como un mero objeto a mi disposición. El amor interesado es parcialmente mezquino. El amor de ‘porque a uno le falta algo’ sigue tratando al otro como cosa. En cambio cuando uno ama al otro por el otro mismo, uno ha llegado a la plenitud del amor. En esto, todos nosotros tenemos que crecer y madurar”, aseguró en su reflexión radial semanal.
El prelado dijo, por otra parte, que “permanecer, guardar los mandamientos, hacerlos carne, toca tres aspectos de nuestro ser, de nuestra vida, fundamentales” y los enumeró:
“La inteligencia, que es el conocimiento de la fe; la voluntad, que es poner todo de nuestra parte para poder ser fiel a lo que Dios nos pide, porque la voluntad es lo más noble del ser humano –hoy la sociedad no te ayuda a tener voluntad más bien te propone una voluntad débil, frágil, inestable, inmediatista, mediática-, y luego algo que el mundo manosea mucho, la libertad: porque soy libre quiero conocer a Dios, porque soy libre quiero amarlo a Dios entrañablemente”, indicó.
Por último, monseñor Frassia sostuvo que “Dios no compromete estas tres realidades sino que las enaltece: la inteligencia, para poder conocerlo; la voluntad, el bien; y la libertad, para poder amarlo libremente. Pensémoslo, Dios se nos ha dado en lo más profundo de nuestro ser, pero también pide de nosotros la seriedad y la reciprocidad de nuestra respuesta. Que podamos responderle bien”.+
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