"Prolegómeno conciso", Por Lucas López


Prolegómeno conciso 
Por Lucas López 
De palabra en palabra, la promiscuidad discursiva puede ofrecerse como la peor de las derivaciones intelectuales si esta anida la inconsistencia. No sólo por el envenenamiento textual ofrecido en la lengua. La irreproducible actitud insignificante del sujeto emisor caduca toda posibilidad de fidelidad para con la evidencia. Un camino de escape constante evitando cerciorar la autenticidad del concepto. Todo posicionamiento que se justifique al incidir en la clarificación del alma de mundo de tal espiritualidad subjetiva, amerita sumarse un poroto en su carrera de efectividad interpretativa. 

 ¿Qué impresión ocasiona la denuncia a cierto carácter diluyente en opacidad? Vetusto, no-científico, poco claro. Sin entrar en detalles de ninguna ennoemática, la indicación revela la “concepción” noemática del pensamiento, es decir, el afianzamiento en el recurso de los productos propios de su pensamiento para hablar de lo real. ¿Una egolatría desdibujada? O más bien, camuflada. Desconociendo la percepción, o confundiéndola a través de la presentación exclusiva del noema, perdemos de vista la conformación material de tal noción. Nos imposibilitamos de su historia, de su vivencia. En pocas palabras, en una centella, prohijamos una filosofía no-filosófica. Destituimos nuestra filosofía primera para abandonarnos de toda filosofía-de-las-cosas, de toda filosofía de la praxis.
 Esto mismo acontece, ya sea si falta a la materia con la cual se formaliza la sustancia que se pretende presentar, ò cuando se hace uso de una formalización senil, poco de forma interesante y activa -en fin, sin forma relevante, ausencia de forma. Una falta de guía leonarda que vuelva a la experiencia exactamente pensada y practicada. Sin rectitud intelectual. Posibilidad de recaer en una fabricación continua de prótesis. ¿Una reducción a lo no consistente, a la construcción de adorables versos? ¿Qué tipo de reducción desencadena? Interesante prolepsis.
 Mientras que tal actitud refleja una manifestación centrípeta, intentando atraer elementos hacia su centro, forzando su presión de encerramiento de lo existente, por el contrario, el precoz instante propedéutico de intentar pensar tal cuestión a través de estas líneas presenta un espíritu más bien, en oposición al anterior, centrífugo -separador de elementos, en el análisis de su conjunción, y abarcando mayor extensión en intensa apertura desde su centro. Al fin y al cabo, apuntamos a la necesidad de atender a la reciprocidad existente entre critica y verdad, y entre estas y lo intelectual.

 Lucas R. López 
 lucasrl@hotmail.com.ar

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