Por Lucas López
A prima facie pareciera que varias de las medidas actuales tomadas por el gobierno desembocaron en una multiplicidad de expresiones por parte de voces pertenecientes al campo oficialista, relatando (haciendo uso de este término de moda para hacerme más comprendido) una realidad hasta el momento no autorizada por el discurso kirchnerista.
Bajo esta órbita, comienza a percibirse una cenestesia en el sujeto oficialista. Es decir, una situación que lo advierte de su motorización, y de su estado, a partir de un conjunto indeterminado de sensaciones que capta por fuera de los canales correspondientemente articulados de percepción aceptada. Cualquier disidencia interna en el gobierno, hasta el momento, o hasta no hace mucho tiempo, quedaba de las puertas hacia dentro. La diferenciación del lenguaje que podría llegar a ocurrir, era matizada y soluble en una orientación política-social gubernamental para luego salir a la opinión publica sin perder coherencia con lo expresado hasta el momento. La expresión, montada en el discurso, y desenvolviéndose dentro del él, adquiriendo publicación en los medios llamados “oficialistas” como “opositores”, no permitía grietas. Ni siquiera en cuestiones donde la materialidad de los eventos sociales podían llegar a poner en evidencia cierta falibilidad de la letra descendida. En estas ocasiones, quienes llevaban adelante otras versiones eran diversas opciones políticas opositoras de distinta índole, ya sea por una o por otra cuestión. De todas formas, no es interesante caer en la disputa de “relatos”. A ver quién cuenta mejor el cuento y nos convence más fácilmente. Sino de forzar al máximo el análisis y mostrar la correlatividad prístina existente entre el sujeto-objeto. Un llano fenomenologicamente más fresco, visualmente, y más agudo, científicamente. Una colaboración hacia la prognosis, la cual no sólo es una formación de carácter exclusivamente científica, sino también política.
Varios de los grupos intelectuales con distinta filiación política navegan, en cierta manera, hacia la consolidación de conceptos representantes, y parlantes, de lo real. Por parte del gobierno, el espacio Carta Abierta ha fomentado y alimentado la palabra kirchnerista en lo que ha denominado “la batalla cultural”. Sin embargo, últimos sucesos que componen a elementos propios del espectro kirchnerista, advierten sobre la ambigüedad de la armazón cultural, principalmente de su celada. En las primeras semanas de marzo, la tensión establecida entre las nociones “ajuste-sintonía fina” no estuvo, como en otras ocasiones, principalmente representada por componentes oficialistas y opositores, sino, a su vez, por mismos sujetos declarados sostenedores del modelo kirchnerista. Si bien la palabra “ajuste” parecía un tabú dentro de los espacios del gobierno, la misma se coronó en varias voces de los mismos, no como algo inexistente, como hasta el momento era caracterizado por la lengua oficial, sino, más bien, como una posibilidad efectiva: Marco del Pont en referencia a la necesidad de la modificación de la Carta Orgánica del Banco Central para no afrontar un ajuste brutal; Moyano se refirió a la “sintonía fina” como una medida de ajuste ante la falta de caja del gobierno; el “censurado” Alberto Fernández, en relación a la “sintonía fina”, declaro que eso es “ajuste”. Cuando el gobierno parecía localizar al “ajuste” del otro lado de las fronteras de su campo de apoyo, ahora lo sufre al sustancializarse desde dentro de él. Una sensación que hasta el momento no estaba determinada ni percibida. Frente a este hecho, se constituye una situación primípara de lenguaje contradictorio. Una gesta que se origina en las idas y vueltas con respecto a la masacre de Once, la cual ha surtido de varias opiniones y críticas contrarias dentro del gobierno, ya sea por la cuestión de la privatización de los ferrocarriles o por la acción de prevaricación. En esta oportunidad, los espacios de intelectuales Plataforma 2012 y la Asamblea de Intelectuales, Docentes y Artistas en apoyo al Frente de Izquierda, coincidieron en la misma consigna ante tal tragedia: nacionalización de lo ferrocarriles bajo control de los trabajadores. Una actitud de orientación partidaria que los referentes políticos del FIT solicitaban al espacio Plataforma 2012, debido a que la consigna mencionada es la levantada desde hace tiempo por el FIT, e inmediatamente por la Asamblea de Intelectuales en su declaración ante tal suceso criminal.
El interés que debe motivarnos ante la diversidad de caracterizaciones, y oposiciones, es la de permitirnos concebir a cualquier informe narrado como formado desde la existencia humana, con la intencionalidad de expresar y garantizar los valores de la misma desde la reproducción de la vitalidad del género. Una legislación cambiante y modificable desde la participación de la exigencia social. En este sentido, lo manifestado en esta ocasión refiere a la inestabilidad del carácter probo que ciertas argumentaciones pretenden sembrar, y al rol profiláctico que adquiere cierta actitud analítica frente a la negación de diferencias, frente a la negación de lo real. ¿Cuál será la próxima manifestación del discurso imperante ante la fisura estipulada desde su mismo arco y la posibilidad de consolidación de otros polos culturalmente opositores?
Lucas R. Lopez
lucasrl@hotmail.com.ar
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