LA NECESIDAD DE CONCEJALES QUE ENCAUCEN EL RECLAMO POPULAR

La necesidad de concejales que encaucen el reclamo popular
Por Silvano Zapiràn
Bajo la realización de un leve proceso de bottom-up, es decir, determinado análisis desde los niveles más simples de conocimiento hasta los más complejos, podemos dar algunos indicios sobre la exigencia que el tìtulo anuncia. Este comentario no tiene otra función que el de presentarse como boutade en la conversación sobre qué tipo de ámbitos deliberativos son precisos tener en la comuna para el beneficio del pueblo lanusense, y qué tipo de votación en octubre posibilitaría una mayor problematización en el recinto sobre las desidias que los vecinos hoy sufren y que no son suficientemente perfeccionadas por sus representantes.
Haciendo pie en una frase de Platón (“quien sea capaz de ver la totalidad es filosofo, quien no, no”), desde este espacio diría que cualquier totalización y categorización no pasible de adquirir mutabilidad es presa de esencialismo y formalismo (amantes predilectos de la a-historicidad y la inmovilidad), con lo cual preferiría anunciar que quien sea capaz de intentar ver la totalidad, adquiere una actitud filosófica, quien no, no. Para desenvolver una actitud de este tipo, en el caso al que nos vemos acometidos, es preciso haber desarrollado cierta caracterología de los síntomas que el cuerpo a analizar presenta, que tienda a exhibir determinada ubicuidad, permitiendo divisar el punto clave desde dónde y para qué se asume el compromiso de configurar semejante opinión al respecto. Esta tarea se refleja, brevemente, en toda nuestra labor analítica hasta el momento en estos años de publicaciones. La conclusión, en esta oportunidad, se suma a otras tantas anteriormente enunciadas, desde su actualización permanente a partir de la dinámica caracterizante que nuestro estudio de la coyuntura propone cotidianamente.
La rogativa cabalística sobre el misterioso poder que una persona, o grupo de personas orientadas bajo un mismo signo, podría/n portar para el desarrollo de una sociedad, representa un borrascoso sentido en el pensamiento político. La conexión de la superación de las urgencias de una sociedad con determinado polo político no viene apadrinado por una mística sinfónica sino más bien por el programa político que conlleve a dicha superación. En Lanùs, el rodadero de candidatos para lograr la administración del distrito o participar en el debate legislativo, lejos esta de presentar opciones que tiendan a ofrecer posibilidades concretas de recambio en el discurso local, que hasta el momento ha sabido, también en su despliegue práctico, no levantar las banderas de los reclamos que inundan los barrios lanusenses. Las problemáticas que hoy azotan al distrito son harto conocidas: desde trabajo, salud, educación, medio ambiente, etc. Al mencionar uno de los ìtems en los cuales el deterioro es materia corriente, no debemos olvidar la importancia que la representación de consejero escolar tiene a la hora de acudir a las cuestiones referentes al plano educativo-escolar. La movilización de los estudiantes del Piedrabuena, cuando antes la de las comunidades educativos de algunos jardines de Villa Jardín, demuestran que los planes de Crovella y compañía, en el Consejo Escolar, no pueden solucionar las necesidades de las instituciones educativas de la región. En esta lógica, es importante sumar consejeros escolares que permitan denunciar las trabas que el Concejo proporciona al mejoramiento de las escuelas.
La simpatía establecida por el Frente de Izquierda y de los Trabajadores de Lanùs para con Gerardo Masiello, quien afirmó que votaría al FIT en octubre para hacer ingresar a Lisandro Martínez al HCDL, de la misma manera que Gustavo Silvestre, Jorge Rial, y varios otros periodistas que anunciaron su voto pùblicamente por Jorge Altamira en las internas proscriptivas de agosto, no solo sostiene la intención de voto en alza que al FIT le están adjudicando para las elecciones del mes próximo sino también una comprensión política madura que permite demostrar que la única oposición real al kirchnerismo es la izquierda. Como bien Martínez especificaba en su columna semanal en el último número de La Defensa, ni la oposición en el HCDL, ni la que hoy se oferta como diferencia a la actual administración, levantó reclamo alguno, junto a los vecinos, contra la problemática que desde hace tiempo viene afectando a los habitantes de la rivera: tanto a nivel de vivienda como a nivel de salud y contaminación industrial en la zona. El programa que efectivamente pregona una solución a los problemas vecinales, privilegiando la dignidad humana (la dignidad que hoy aparece negada en los sectores trabajadores) antes que la del capital y el “negociado”, promoviendo un modo de organización enteramente de base, es decir, de vecinos en participación activa inmediata, se orienta a la constitución de un real cambio social bajo un lineamiento ético que valora el progreso humano en comunidad (reflejando la importancia de la satisfacción de las necesidades primordiales, y de la igualdad de oportunidades a la que todo individuo le debe estar garantizado) y una profundización democrática real frente a la formalidad representativa que hoy extingue cualquier posibilidad de soberanía. Un programa que encarne estos elementos solo puede ser percibido, dentro del abanico de opciones electorales, en el Frente de Izquierda y de los Trabajadores.
Definitivamente, la autoestructuraciòn de la voz de los que hoy no son escuchados, reprimiendo sus derechos ciudadanos al no serles conducidos a soluciones sus problemas, deberá ser orientada a partir del ingreso en la legislatura comunal de Lisandro Martínez, primer candidato a concejal por el Frente de Izquierda y de los Trabajadores. La rotura del verglàs que no permite realizar la subjetividad popular, se despliega por este cauce.

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