Por Silvano Zapiràn
Enfrentarse a los cantos de sirenas de lo bioluminuso es confrontar la iluminación que un mismo organismo se genera. Cuando esa luz sólo tiene como fin enceguecer una verdad que llevaría a la destrucción del mismo organismo, entonces se es necesario saberse de la misma para doblegar la pretensión opresora y no caer en la sedimentación de la ingenuidad. Birlar la capacidad de crítica es sinónimo del fundamento de la labor de semejante luminosidad. Ella es transmisora del sedante de la lucha social. Su luz vuelve oscura la capacidad de discernimiento y segrega el entendimiento (de ahí la aislacionista afirmación de que la economía argentina no mantiene ningún tipo de afección de la crisis mundial). El aparato binario en el cual este organismo se afinca en la estructura política tiene su sede en los partidos políticos patronales que, en su desfile politiquero electoral, pululan acaloradamente para administrar la palanca que permita mantener vigente la explotación y desigualdad social. Un pensamiento obstinado y dominado.
La conciencia de esta imagen permite advertir la problematización del pensamiento sobre estas cuestiones. El paso de una conciencia común a una conciencia filosófica. Una actividad que se desarrolla paulatinamente y que lleva a experimentar lo que se manifiesta, y lo que aparece, de una manera crítica-comprometida-social. Es decir, uno se instala en una atmósfera teórico-practica, en donde sus reflexiones adquieren inmediata repercusión en el medio social en el cual se desenvuelve el sujeto debido a la inminente relación que mantiene la conceptualización teórica sobre la situación que se disponen a analizar y las relaciones sociales de uno. Esto refleja un aprendizaje activo que nos emparenta con un interés que nos nace del contexto desde el cual pensamos. Una relación con un conocimiento que vibra en una conexión con la actividad humana social. Una actividad educativa que resultaría provechosa para la construcción de una sociedad que nos involucre. Una formación que permite pensarnos en conjunto y decidir qué acciones y metas son las que nos benefician como seres humanos en sociedad. Un pensar la secuencia continuista dominante del momento para modificarla, estableciendo una lógica integradora que niegue la explotación del hombre por el hombre. Una tendencia que proponga el gobierno de la sociedad desde las bases y no desde un sector minoritario de la misma.
La raíz de esta actividad contiene una ética transformadora. Propone una incesante actividad de descubrimiento y cuestionamiento de lo generado. Su fin es el constante movimiento que nos adentre en el camino del cambio progresivo, social e individual. Ambos son inseparables. El carácter radical de semejante movimiento implora por un permanente ejercicio hacìa la felicidad humana. El radicalismo de su principismo bebe el agua revolucionaria.
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