BILIOSA ETAPA, Por Silvano Zapiràn

Biliosa etapa (inclinaciòn hacia una banca popular)
Por Silvano Zapiràn
A la sazón del pensamiento maduro, edificamos una pregunta socio-política de importancia para esta época: ¿a quién destinará su voto el pueblo lanusense?.

No necesariamente los bibliófilos no pueden dar cuenta del concepto que se genera en la atmósfera política regional: agrupación timorata de las partes componentes de lo antipopular. Proposición que advierte cierta dinámica dialéctica (para los desencantados)… secuela del riñonismo del cual parten los elementos evaluados.
Entre patoteadas y acuerdos oportunistas, “opositores” y oficialistas convocan centros de representación política que solo aspiran a mantener el mismo hilo de reproducción de la repetición económica-social en la cual nos vemos inmersos. Sin ir más lejos, el balotaje que implantaron macristas y cristinistas en la Ciudad enfrenta a quienes continúan el plan de privatización de la educación y quienes apoyaron la represión a los docentes de Santa Cruz con la correspondiente militarización de la provincia. Los seissieteochistas, que en Lanùs se presentan bajo el poncho de Ishi, no alertaron, desde su pluralidad mensajera, sobre este latrocinio.
Egidio de Lessines sostenía que “cada forma posee un ser específico”. En nuestro caso territorial, lo antipopular se encuentra en los partidos patronales y sus figuras controvertidas. El caso de los trabajadores de la jabonera Prophos, y la participación de los concejales que en el conflicto de esta fàbrica intervinieron deja algún lugar para la duda. Cabe recordar que quienes apoyaron la lucha de sus obreros desde comienzos del año 2010 fueron los partidos que representan los intereses de los trabajadores y que no tienen una banca en el Legislativo comunal. El 24 de marzo de ese mismo año esos mismos trabajadores marcharon en las columnas del Partido Obrero en medio de una incansable lucha contra los despidos y el no pago de salarios. La inmanencia de la subjetividad antipopular en los representantes políticos gubernamentales, que venimos definiendo desde principios del año pasado, se va evidenciando con mayor tono en la coyuntura política. La ignominiosa existencia del vecino frente a una salud y educación pública en crisis, sin políticas de vivienda que tiendan a solucionar la problemática habitacional sino más bien a acrecentar la especulación inmobiliaria, ilumina nuestra crítica. Es probable que la ruptura de esta subjetividad antipopular provenga desde la entrada de un pliego de reivindicaciones populares en el Honorable Consejo Deliberante de Lanùs.
A diferencia de un Radhakrishnan, quien no invita a pensar desde la realidad ordinaria del sujeto, y de sus propios intereses, para alcanzar un conocimiento más generalizado, entiendo que el pensamiento desde la condición como asalariado hoy en día es fundamental para interpretar el accionar que lleve a superar dicha condición, cuando también mucho más a discriminar cualquier alternativa política a la hora de emitir el voto, el cual consagraría un pensamiento que ya invocaría desde una localización que aglutinara al “asalariado” en su conjunto. Su intencionalidad se articula en un movimiento no solo físico sino a su vez anímico. Una alternancia que procura perseguir un fin altamente transformador, y esencialmente comunitario. Justicia comunitaria que vendrá de la mano de legisladores populares encarnando las luchas sociales en las cuales los asalariados nos encontramos. Como varios intelectuales y artistas que apoyan al Frente de Izquierda, como ciudadano de Lanùs, mi esperanza de cambio es funcional al apoyo por el ingreso de Lisandro Martínez del Partido Obrero- Frente de Izquierda a una banca en el HCDL.

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