AGENTE DE LA BARCIA DEL PROGRESISMO (RIDICULIZADO EL KARMA-SUGESTIVO BARBOTEAR DE LOS SECTORES NO VIOLENTOS CON EL CAPITALISMO), Por Silvano Zapirán
Por Silvano Zapirán
La noción de progresismo se fundamenta en la pretensión de enlazar la realidad humana, social y natural a partir de un vínculo relacional que se desarrolle hacia un bien determinado, en este caso, como toda antropo-visión, el bien humano. Quien, sufragáneo alimentador de esperanzas, se incite a proclamas sobre la continuidad del régimen actual como procurador de aquel bien estipulado para el conjunto de la sociedad, no solo engaña sino que también evidencia su descomposición política. Se desmitifica como teúrgo conspirador de la explotación y la pauperización, hablando, y falsamente actuando, en nombre del progreso humano. El caso actual en Santa Cruz, con docentes y petroleros luchando por sus condiciones laborales, entroncando la consecución de autonomía y felicidad, es el resumen de la conflictividad social imperante y ocultada por los medios públicos. El ocultamiento es engaño, y este es sinónimo de debilidad.
Quienes dicen asumir la lucha contra las corporaciones y el monopolio del comercio y de las ideas, colaboran para profundizar la precariedad laboral y el mayor grado de explotación de los grandes capitalistas que usufructuan en la región. Alocuciones de este tipo tratan de proponerse como analgésicos a la emoción refractaria, e implantan la confianza en este régimen como superador de las condiciones actuales de existencia. Inmiscuirse en el barro es partir de una filosofía positiva que se emparente con la efectividad de las cosas. De ahí semejantes comentarios.
En un principio de economía abierta, en términos jenkelevichtianos, procurando invención y producción, quoad nos, es decir, para nosotros, es evidente que todo intento de progresismo desde este sector solo involucra chantada, pues no es posible progreso alguno cuando se anteponen los negociados usurarios, y con ello la defensa de ciertos órdenes que lo alimenten, a las necesidades humanas. El progresismo entonces deberá asumirse desde un polo transformador, el cual se enmarque en la lucha que levante las banderas de las reivindicaciones sociales de un pueblo.
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