VECINOS CONTRA LA EDIFICACION CONTAMINANTE

Vecinos contra la edificación contaminante
Durante el mes de enero, los vecinos de la calle Luis María Drago levantaron firmas para presentar un reclamo al intendente Darío Díaz Pérez, por las construcciones edilicias que se están desarrollando sobre la extensión de las dos cuadras que esa calle representa en el circuito callejero del distrito. Los vecinos se encuentran "muy preocupados por los daños que tales emprendimientos ocasionan al medio ambiente" y a su bienestar, ya que "el edificio en construcción en nro.1785, ocasionó el derrumbe a la vivienda nro.1779". Además, "se plantea como desventaja de estas construcciones, los inconvenientes vinculados al suministro de los servicios públicos, teniendo en cuenta que la distribución de electricidad, agua, cloaca y gas, no fue diseñada para estos volúmenes de construcción, ni cuenta con la modernización requerida para el cambio de los perfiles de consumo". De esta manera, los vecinos firmantes declaran que la zona se encuentra en una situación desesperante de "inseguridad", al exhibirse la "ausencia del deber de cuidado y la negligencia para llevar a cabo los planeamientos de la urbanización, medio ambiente y contaminación visual que resultan de estas habilitaciones", y por lo tanto solicitan la evaluación de Impacto Ambiental, ya que aseguran que estas edificaciones, realizadas de esta manera, no pueden ser adecuadas en este barrio.

Lo que se deduce de esta situación son dos cuestiones. En primer lugar, toda construcción inmobiliaria está vinculada a la especulación inmobiliaria de los principales grupos inmobiliarios y de construcción de la región. En estos últimos años, la invasión de edificios en Lanús se ha convertido en un negocio fenomenal que permite realizar construcciones edilicias sin prevención alguna. Los expertos en economía dicen que cuando la crisis y la inestabilidad no seducen a los inversores en las bolsas, estos se retiran al negocio de los inmuebles, la edificación y el suelo, ya que estos mantienen en general una circulación independiente del conjunto de la economía. Es por esto que se entiende la descomunal construcción de semejantes torres en cada cuadra de Lanús Centro, debido a que, aprovechando la escasez de vivienda y terrenos, los capitales que invierten en este negocio comienzan a comprar propiedades, y terrenos para construir, de una manera más intensa, provocando un aumento de la demanda y con ello el aumento de los valores del suelo e inmuebles. Sin producción mediante, la especulación inmobiliaria adquiere su beneficio. La clase política dirigencial que lo permite es cómplice de dicho usufructo. Por otro lado, localizarnos en este contexto, nos permite deducir por anticipado el por qué de la falta de construcción de viviendas populares, con los créditos correspondientes a bajo interés, por parte del Municipio. La crisis habitacional que recorre la Capital y el GBA, encuentra en la especulación inmobiliaria como su causa primordial, y a los representantes políticos de turno como los garantes de dicho proceso. La toga que portan en su labor de dirigentes del pueblo deslumbra solamente para la preservación del plusvalor. En segundo lugar, vemos que este tipo de construcción a mansalva no atiende a ningún tipo de prevención sobre sus posibilidades de ejecución. Otra de las características del usufructo capitalista: reducir los costos de producción y obtener ganancias llegando a quebrar los límites de la preservación ambiental, entre ellos la del ser humano mismo, como lo demuestra el reclamo vecinal de los ciudadanos de la calle Drago.

La evaluación de Impacto Ambiental en la calle Luis María Drago, y la auditoría correspondiente sobre la situación extrema en la que ese barrio se ve atorado, debe desarrollarse bajo la participación de los mismos vecinos. La delegación que realice dicho estudio deberá contar con un integrante vecinal que verifique y constate la veracidad de los datos extraidos. De esta manera, se comenzará a poner coto a estas construcciones contaminantes y destructivas para barrios no preparados para soportar semejante cimentación. Por otro lado, ante esta acción de freno de construcción edilicia especulativa, debemos direccionar esta compulsiva necesidad de construcción inmobiliaria hacia un plan de urbanización de villas y construcción de viviendas populares, para de esta manera aunar los reclamos que desde hace tiempo vienen siendo reivindicaciones sociales en la región.

Es evidente que a esta altura, Díaz Pérez, aupado en los negocios de las constructoras y los grupos inmobiliarios, necesita de una audiometría para

involucrarse en el reclamo vecinal contra este libertinaje especulativo del suelo, dejando de contenerlo en su tobillera para aplicarle una solución eficiente sin titubeos.

Silvano

Comentarios

Seguidores