Las recientes elecciones realizadas en el Sindicato de Trabajadores Municipales de Lanús (STML) dejaron al descubierto la falta de representación de las dos listas que se disputaron la dirección del sindicato. El panorama es asolador, pues de los "cinco mil y pico" trabajadores en planta, según datos del re-electo Secretario General del STML, Miguel Pedelhez, solo menos de 2 mil fueron los que votaron. El 62% del total de los trabajadores no participó en esta elección, evidenciando una clara medida de rechazo frente a los posibles grupos dirigenciales que se proponian como opciones. Es decir, que Pedelhez ser erigió nuevamente con el cargo de secretario general solo con el apoyo de un casi 25% de los trabajadores municipales.
La asonada abstención tiene sus raíces y su germinación correspondiente: el descontento contra el asociacionismo patronal. La inmediata declaración del intendente Darío Díaz Pérez sobre el resultado de la elección demuestra el camino que, bajo esta conducción sindical, continuarán caminando los trabajadores municipales: "el resultado era esperable y de algún modo garantiza la continuidad del diálogo y colabora con la gobernabilidad" (APL 3/12). Pedelhez, luego del aumento salarial del 20% (una semana antes que el Honorable Concejo Deliberante de Lanús aprobara el aumento de tasas en un 25%) firmado a mediados del 2010, anunció que las paritarias se volverían a abrir en agosto. Llegados a fin de año, los municipales no lograron ningun aumento salarial desde entonces. La aspermia de la burocracia para concebir aumentos salariales que logren actualizar los salarios de acuerdo a la inflación real, logrando que el mínimo de $1000 pase a $4500 acorde a la canasta familiar, está claramente anticipada en la filiación que mantiene la conducción del STML con el Ejecutivo: Daniel Piccolo, concejal oficialista, es el Secretario de Finanzas del STML ¿De qué manera podrán garantizar la representación de los trabajadores si son, a su vez, representantes políticos del patrón? El argumento por el absurdo le da la respuesta.
Por otro lado, la lista opositora en esta elección, encabezada por Gabriel Minichiello, quien en su lista intentaba presentar como delegado al congreso de la federeación de sindicatos de trabajadores municipales de provincia al concejal de Unión Celeste y Blanco, Martín Sosa, no logró volcarse como verdadero polo opositor. Su identificación con una parte del manolismo ex-K y con el denarvaísmo, no acaparó la atención del conjunto de los trabajadores para ganarle la dirección a Pedelhez. La fría posición de "habrá que evaluar la caja del municipio para ver como vamos a pedir los aumentos", declara la restricción de su lucha ante un intendente que asume una remuneración de 60 mil pesos mensuales y que destina subsidios a las empresas bajo el IMDELA (Instituto Municipal de Desarrollo Económico de Lanús), quien cuenta como subsecretario del instituto a Gustavo Malvasso, íntimo familiar del concejal oficialista, y Secretario General del SMATA Regional Zona Sur, Francisco Malvasso. ¡Primero los aumentos de salario, después vemos de donde se saca la plata; la plata está!
Contra toda argumentación ad ignorantiam, que intente justificar la real representación de los trabajadores municipales ante la no-propuesta de una opción superadora, cabe decir que el alto porcentaje de abstención lejos está de astenia alguna sino que, por el contrario, manifiesta la no identificación de la mayoría de los trabajadores para con cualquiera de las organizaciones que se encuadren bajo la tutela de los empleadores y los partidos patronales. Esta elección no reflecta la continuidad de la acción terapéutica que hasta el momento venía gestando el Ejecutivo y la burocracia sindical ante el descontento de los trabajadores sino que anuncia el inicio de un camino hacia un terminator. Este panorama que sitúa a los municipales lanusenses brinda la apertura de una perspectiva hacía la organización de los trabajadores municipales de manera independiente del Estado y los partidos patronales para que, de manera definitiva, sean conquistados los derechos laborales correspondientes, hasta hoy negados.
SILVANO
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