NO BASTA CON PEDIR PERDON A DIOS SINO QUE HAY QUE SABER REPARAR EL DAÑO


No basta pedir perdón a Dios sino que hay que reparar el daño
Avellaneda (Buenos Aires), 3 Nov. 10 (AICA)
Pedir perdón

“Superando toda valla humana, todo control social, Jesús se aloja en la casa de un pecador, de un publicano. Ante esa libertad interior de Jesús” y “ante ese no obrar con prejuicios ante nada ni nadie”, Zaqueo responde en primer lugar, con una actitud de “desprendimiento” y, en segundo lugar, con la de “restitución”, que es “una actitud que los cristianos hemos olvidado”, dijo el obispo de Avellaneda-Lanús, monseñor Rubén Oscar Frassia, en su mensaje radial del fin de semana.

En ese sentido subrayó: “¡Hay que restituir! Si le quitas fama a una persona, si dañas a otra persona, ¡tienes que restituir! No sólo basta pedir perdón a Dios a través del perdón de un sacerdote, sino que tienes que reparar” porque, “de lo contrario, perdemos el sentido de lo que es el sacramento de la Reconciliación. Que es arreglarse con Dios, arreglarse con la Iglesia y ¡arreglarse con los hermanos!”
Tras insistir en que “cuando me confieso me reconcilio con Dios y con la comunidad, pero para poder hacerlo tengo que restituir y reparar”, llamó a los cristianos a preguntarse si “tomamos la vida en serio”. Y aclaró: “Si lo hacemos es porque hemos sido encontrados por Jesús y si no lo hacemos… todavía permanecemos en la ignorancia”.+

Texto completo de la alocución
LA CONVERSIÓN DE ZAQUEO
Reflexión de monseñor Rubén Oscar Frassia, obispo de Avellaneda-Lanús para el programa radial "Compartiendo el Evangelio", para el 31º domingo durante el año (31 de octubre de 2010)

Para recordar: el lunes 1° de noviembre es la Solemnidad de Todos los Santos y es la Jornada Nacional de Oración por la santificación de nuestro pueblo argentino y la glorificación de los Siervos de Dios.
El martes 2 de noviembre es la Conmemoración de los Fieles Difuntos. Porque creemos que Cristo resucitó, y es el Señor de la Vida, rezamos por nuestros difuntos, porque sabemos que hay otra vida y hay resurrección. Si Cristo ha resucitado, también van a resucitar nuestros queridos fieles difuntos. Recemos por ellos y agradezcamos a Dios que nos los ha prestado.
Evangelio según San Lucas 19, 1-10 (ciclo C)
Es interesante este relato del hombre rico, Zaqueo, “jefe de los publicanos”, “de baja estatura” y cómo se las ingenia para poder encontrar a Jesús. Pero ciertamente Jesús ya lo estaba “encontrando” y esos movimientos de Zaqueo son una respuesta a la iniciativa de la gracia. Pero Zaqueo respondió bien.
Y superando toda valla humana, todo control social, Jesús se aloja en la casa de un pecador, de un publicano. Ante esa libertad interior de Jesús, ante ese amor de Jesús, ante ese no obrar con prejuicios ante nada ni nadie, ante ese amor puro de Jesús, Zaqueo dice: “Señor, daré la mitad de mis bienes a los pobres y si he perjudicado a alguien daré cuatro veces más”
Primero la actitud de desprendimiento y segundo ¡la actitud de restitución! Es una actitud que los cristianos hemos olvidado. ¡Hay que restituir! Si le quitas fama a una persona, si dañas a otra persona, ¡tienes que restituir! No sólo basta pedir perdón a Dios a través del perdón de un sacerdote, sino que tienes que reparar; y reparar de acuerdo al mal cometido. O reparar de acuerdo al daño ocasionado, pero tienes que reparar.
De lo contrario perdemos el sentido de lo que es el Sacramento de la Reconciliación. Que es arreglarse con Dios con, arreglarse con la Iglesia y ¡arreglarse con los hermanos! Por eso el sacerdote es el ministro de la reconciliación, el “puente” entre Dios y la comunidad. Cuando me confieso me reconcilio con Dios y ¡con la comunidad! Pero para poder hacerlo tengo que restituir y reparar.
No olvides que en la fe y en la Iglesia hay que vivir integralmente; hay que vivir en espíritu y en verdad. No hay que hacer las cosas que los demás hacen superficialmente. Zaqueo nos da señal de un hombre cabal: la mitad de sus bienes a los pobres y, si ofendió a alguien o lastimó a alguien, reparó con cuatro veces más ¡se la tomó en serio Zaqueo, porque conoció a Jesús!
Nosotros ¿nos tomamos la vida en serio? Como cristianos ¿tomamos la vida en serio? Si lo hacemos es porque hemos sido encontrados por Jesús y si no lo hacemos… todavía permanecemos en la ignorancia
Les dejo mi bendición: en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén

Mons. Rubén Oscar Frassia, obispo de Avellaneda-Lanús

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