La familia es educadora y forjadora de personas
Lanús (Buenos Aires), 24 Set. 10 (AICA)
Familia
“¿Quiénes son los que deben educar a sus hijos? En primer lugar la educación tendrá que ser transmitida desde la familia. Esta tarea, extraordinaria y hermosa, no se puede reemplazar. La familia es educadora y forjadora de personas. Por lo tanto el colegio, la institución y la Iglesia, que acompañan ese proceso, tendrán que contar siempre con la ayuda, con el interés y la motivación de los padres”, dijo el obispo de Avellaneda-Lanús, monseñor Rubén Oscar Frassia, en la misa por el 50º aniversario del Colegio José Manuel Estrada, de Lanús, celebrada el viernes 17 de septiembre en la parroquia San Judas Tadeo.
Tras afirmar que “los padres no pueden desentenderse de la educación de los hijos”, advirtió que “esa transmisión de conceptos, de tareas y de disciplinas ciertamente, hoy en día más que nunca, está en crisis. Está en crisis como la sociedad”.
“Por eso -señaló- hay que poner mayor atención en la formación. Una formación integral, una formación total en valores que, eso sí, superen la impronta de lo mediático. Los valores tienen que ser subyacentes en todo crecimiento personal. ¡Educamos personas!, no educamos solamente para un momento, para un tiempo o para contentar ideologías u opiniones”. Por eso es necesario que los niños, “ya sea en el ámbito católico o en el ámbito oficial, en una escuela pública de gestión privada o en escuela pública de gestión oficial”, reciban una “educación en valores”.
En ese sentido, indicó que “la Iglesia acompaña y no quiere quedarse en un pasado” que “quiere responder a los tiempos actuales y a los desafíos del momento presente” y que “tendrá que reformular su lenguaje”, pero aclaró que “no vamos a cambiar los contenidos que son importantes porque tienen que ver con el hombre, con la persona humana, con la familia, con lo cristiano, con lo creyente, con lo trascendente”. Y añadió: “Queremos prepararlos para este tiempo pero los vamos a preparar si realmente somos comunicadores de valores, de verdades y de objetividades”.
También se refirió a la necesidad que tienen los niños de los adultos y sostuvo que “muchas veces los adultos queremos pensar que quizá no tenemos lugar en la vida de ellos, pero me resulta una respuesta demasiado superficial y cómoda”, porque “los niños tendrán que crecer con la presencia de los adultos”. A su vez, “los adultos no pueden estar de cualquier manera” sino que “tienen que ser ejemplos”.+
AICA - Toda la información puede ser reproducida total o parcialmente citando la fuente
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“¿Quiénes son los que deben educar a sus hijos? En primer lugar la educación tendrá que ser transmitida desde la familia. Esta tarea, extraordinaria y hermosa, no se puede reemplazar. La familia es educadora y forjadora de personas. Por lo tanto el colegio, la institución y la Iglesia, que acompañan ese proceso, tendrán que contar siempre con la ayuda, con el interés y la motivación de los padres”, dijo el obispo de Avellaneda-Lanús, monseñor Rubén Oscar Frassia, en la misa por el 50º aniversario del Colegio José Manuel Estrada, de Lanús, celebrada el viernes 17 de septiembre en la parroquia San Judas Tadeo.
Tras afirmar que “los padres no pueden desentenderse de la educación de los hijos”, advirtió que “esa transmisión de conceptos, de tareas y de disciplinas ciertamente, hoy en día más que nunca, está en crisis. Está en crisis como la sociedad”.
“Por eso -señaló- hay que poner mayor atención en la formación. Una formación integral, una formación total en valores que, eso sí, superen la impronta de lo mediático. Los valores tienen que ser subyacentes en todo crecimiento personal. ¡Educamos personas!, no educamos solamente para un momento, para un tiempo o para contentar ideologías u opiniones”. Por eso es necesario que los niños, “ya sea en el ámbito católico o en el ámbito oficial, en una escuela pública de gestión privada o en escuela pública de gestión oficial”, reciban una “educación en valores”.
En ese sentido, indicó que “la Iglesia acompaña y no quiere quedarse en un pasado” que “quiere responder a los tiempos actuales y a los desafíos del momento presente” y que “tendrá que reformular su lenguaje”, pero aclaró que “no vamos a cambiar los contenidos que son importantes porque tienen que ver con el hombre, con la persona humana, con la familia, con lo cristiano, con lo creyente, con lo trascendente”. Y añadió: “Queremos prepararlos para este tiempo pero los vamos a preparar si realmente somos comunicadores de valores, de verdades y de objetividades”.
También se refirió a la necesidad que tienen los niños de los adultos y sostuvo que “muchas veces los adultos queremos pensar que quizá no tenemos lugar en la vida de ellos, pero me resulta una respuesta demasiado superficial y cómoda”, porque “los niños tendrán que crecer con la presencia de los adultos”. A su vez, “los adultos no pueden estar de cualquier manera” sino que “tienen que ser ejemplos”.+
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