EL TRASTORNADO MAL MENOR DE UN FEINMAN TRAPECISTA


El trastornado mal menor de un Feinman trapecista

En una de las últimas declaraciones públicas de José Pablo Feinman, se advierte la siguiente prédica: "en un montón de cosas apoyo al gobierno. Primero lo apoyo porque lo veo muy condicionado. Apoyo porque veo lo que hay del otro lado. Apoyo que los Kirchner tengan una buena relación con Evo, una buena relación con Chávez. Tengo muchas objeciones contra Chávez pero está bien que tengan una buena relación con él. Además, en este momento estoy apoyando a Cristina más que a Néstor. Cristina me gusta mucho, piensa bien, dice sus discursos maravillosamente, y eso no es un dato secundario. Son signos muy grandes de inteligencia. Si escuchás hablar a Cobos, a Macri, a De Narváez, ninguno de ellos le llega al primer taquito a Cristina. Es una mina inteligente que piensa, que tiene cultura, que es un cuadro político desde hace muchos años. Hay muchas personas que la apoyan. Ernesto Laclau y Chantal Mouffe. Y acá Horacio González, Ricardo Foster, Noé Jitrik, David Viñas… Son mis compañeros de toda la vida, no es que no tengamos críticas, pero estamos defendiendo un estado de cosas."(América Latina Unida 4/2/10). Las cualidades que destaca Feinman de la Presidenta, para justificar su apoyo al gobierno K, lejos están de verse supeditadas a una crítica política propia de un análisis filosófico extremadamente científico, sino más bien engrendadas de una estética alienación sensorial. El maravillamiento que producen sus discursos, invitan a relacionar al objeto percibido como algo bueno y primero. A su vez, la teoría conservadora del mal menor que el filósofo pequeño burgués adopta, alimenta el espíritu del falso transversalismo, originado del posicionamiento "progresista", en el cual uno se encuentra sujeto al autodeterminarse en el campo de la dicotomía presentada.

Su "izquierdismo" se planta en Sabatella (autodenominado oposición "crítica constructiva" al kirchnerismo... en fin, aliado encubierto), al cual lo persuade orientándolo a sumarse a las filas del PJ para enjuagarse del "poder" necesario para dar pelea electoral. Asimismo, adjudica el mal de los pesares sociales a las empresas multinacionales, pero salva a los políticos que actuan en complicidad con ellas para generar estos dolores. "Me gusta Sabatella. He ido a Morón a dar conferencias y es un gran tipo Sabatella. Pero no tiene poder, no tiene el peronismo. Y hoy el peronismo es una estructura corleonista que no lo va a dejar avanzar más allá de cierto punto. Hoy, la política es conseguir posiciones a través del dinero. Es una corporación en la cual hay más circulación de dinero que ideas. No es culpa de los políticos, es culpa de las grandes empresas que manejan el país, de los grandes intereses concentrados monopólicamente que manejan el país. La política hoy se hace a través de los medios: hay una colonización de la subjetividad. Es el poder de penetración de una ideología a través de lo mediático. Hay un sujeto absoluto bélico comunicacional, hace guerras pero también gana guerras a través de lo comunicacional.".(Idem.). Y si una parte de la política que él mismo defiende se encuadra en la lógica de conseguir posiciones a través del dinero, el filósofo K, ¿no tendría que ser fiel a su condición de pensador reflexivo y de hacer prevalecer, dentro del ámbito político, la promoción de ideas políticas antes que el impulso del dinero?. De todas formas acuerda con los "cambios profundos" del gobierno y asume la avanzada K para el control mediático y dar la lucha política desde esa palestra, ofeciendo su apoyo para la suplencia, solo de nombre y con el mismo andamiaje, del colonizador de la subjetividad: "¿Qué serían cambios profundos? Cambio profundo fueron la Ley de Medios, la estatización de las AFJP, el fútbol" (Idem.).

Lo interesante de esto es que el mismo filósofo critica la falsa conciencia originada a partir de la colonización de la subjetividad por parte de los monopólios, dando cuenta de su entendimiento por fuera de dicha colonia. Sin embargo, efectuando un travelling por todo su discurso, la falsa conciencia lo toma a él por la espalda. Su enmarcado pensamiento en el mal menor , frente a un Otro infernal (la dictadura del ´76, el neoliberalismo de lo ´90, los Macri, Cobos, De Narváez, etc.) que es menos demonio, habla del pesimismo y de su novelesca translimitación filosofía-política, como así también la de su camarada, el filósofo de Carta Abierta Ricardo Foster, quién argumentó en cierta oportunidad: "me hice kirchnerista por espanto". Su conciencia, pese a su convencimiento de criticismo, refleja la alienación de aquellos que se agotan en la superficialidad del doble discurso. Como antes ya destacó su captura por parte de la retórica K. "Hay un capítulo de Ser y tiempo de Heidegger que habla de la existencia inauténtica que es así: el sujeto no habla, es hablado; no piensa, es pensado; no interpreta, es interpretado; no ve, es visto. Ese tipo cree que tiene ideas, pero no tiene ideas, tiene las ideas de los otros. Foucault en un texto muy lindo que se llama Poder y verdad dice: “El poder crea la verdad” y hoy el poder son los medios de comunicación. Crean la verdad porque la dicen durante todo el día y la repiten a la noche. Nadie piensa por su cuenta, todos son pensados, entonces no hay una consciencia crítica"(Idem.). No se preocupe Feinman, su gobierno ya ha comenzado a incursionar en la política mediática; esa militancia ya comenzó con la Ley de Medios K, y con Canal 7. Especialmente su mejor cuadro político en los medios: "6,7 y 8". Los creadores de Verdad, desde el Poder político y empresarial. Una Verdad que, de manera inauténtica, ya que es presa de ella, usted mismo defiende y soporta desde el pensamiento "crítico e independiente". Lo cual lo vuelve dos veces falso y aberrante. Intelectuales izquierdistas que desgastan el actual carácter analéptico de la clase obrera.

Silvano

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