INADI BS AS HACE REFERENCIA A DECLARACIONES DE REPRESENTANTES DE LA GLESIA


10 de julio de 2010
Pablo Roma: “Algunos representantes de la Iglesia actúan como si la revolución francesa fuese una novela fallida de Humberto Eco”
Pablo Roma, titular de la Delegación Provincia de Buenos Aires del Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI), hizo referencia ante la escalada de opiniones y posiciones que mantienen los distintos integrantes de la Iglesia Católica sobre el matrimonio igualitario.

En ese sentido, Roma indicó: “Creo que no estamos hablando el mismo idioma, aunque, a decir verdad, las ofensas y discriminación para con el otro, para con el prójimo, uno las entiende en cualquier lenguaje. Para hacer del debate del matrimonio igualitario un aprendizaje colectivo para todos, debemos partir por entender que la democracia no consiste en la articulación de consensos entre corporaciones y el estado, sino que se construye democracia, incluyendo, garantizando y construyendo igualdad entre todos y todas los/las ciudadanos/as”.
Por otra parte, el titular del INADI provincial agregó: “Si se presta atención a lo que expresan algunos representantes de la Iglesia, a uno le parece estar escuchando a quien confunde o quiere confundir al estado con la iglesia. Para esto, antes de preocuparse por un nuevo “Kulturkampf” como dice Monseñor Aguer, se debería entender primero que la revolución francesa, de tanta influencia en nuestros procesos emancipatorios, no es una novela fallida de Umberto Eco ambientada en el siglo XVIII”.
Finalmente, Pablo Roma manifestó: “Estar convocando a marchas desde los púlpitos, hablar de la alteración de un plan de Dios, mandarles cartas a los/las padres/madres de los/as hijos/as que concurren a los colegios para decirles que firmen un petitorio o para que vayan a una marcha, presionar a los/as senadores/as que deben votar la ley, hacer pasar un concepto siempre histórico y por ende sujeto a cambios de “normalidad” como natural y divino –cuando no cultural e inalterable y por ende ajeno a la cultura-, me hace pensar que para algunos de sus representantes la Iglesia es una institución que transforma la tensión obvia entre el dogma y la realidad social en una especie de cataclismo fundamentalista producto de una conspiración diabólica y liberal. La verdad es que debemos ser humildes y dejar los prejuicios de lado y entender que con esta ley solo se quiere aportar en construir una sociedad más justa e igualitaria”.

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