martes 9 de marzo de 2010MUJERES QUE TRABAJAN POR LA IGUALDAD DE DERECHOS Y OPORTUNIDADES
El reconocimiento normativo de los derechos femeninos en la Argentina aún no garantiza la igualdad de oportunidades, no resguarda a las mujeres de la discriminación ni de la violencia. Las mujeres de negocios y profesionales de la Argentina se organizan para lograr una plena inserción política, social y económica para todas las mujeres.
La República Argentina reformó en 1994 su Constitución Nacional para otorgar rango constitucional a numerosos tratados internacionales en materia de derechos humanos. Son destacables la Convención del Comité para la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer y la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y erradicar la Violencia contra la Mujer.
La reforma tuvo una trascendencia histórica, sin embargo la realidad social demuestra que las mujeres argentinas deberán recorren un largo y duro camino para tener plena inserción política, social y económica.
Actualmente sólo el 10% de los municipios están gobernados por mujeres y ellas ocupan apenas el 20% en las magistraturas de las cortes supremas provinciales.
En el 2007 una mujer fue elegida en las urnas para presidir de la Nación por primera vez en la historia argentina. Contrastando este mérito, las mujeres registran un 15% de desempleo -duplicando al porcentaje entre los varones- y tienen una inserción laboral inestable porque el 55% de ellas trabaja en el sector informal.
En cuanto a los salarios, el ingreso de las mujeres equivale a un 70% del ingreso masculino y comparando las estadísticas a partir del 2006, no parece disminuir la brecha entre ambos.
La ausencia de políticas del estado hace inoperantes los contenidos constitucionales, por eso, la lucha por la equidad de género debe librarse en el ámbito de la justicia y las políticas públicas.
La mujeres pobres, menos posibilidades de acceso a la salud, la cultura y la educación llevan la peor parte de esta inequidad y junto a ellas los niños.
Las mujeres profesionales y de negocios, con un nivel alto de educación, son conscientes de la vulnerabilidad femenina relacionada con la maternidad y de la vulnerabilidad de los niños nacidos en hogares con las necesidades básicas insatisfechas. Desde su espacio de comprensión de los procesos y modelos económicos intentan ponerse en marcha para que los enunciados constitucionales de los derechos femeninos se hagan realidad. Para ello buscan espacios políticos, además de trabajar intensamente desde las ONG y el sector privado.
smicone@gmail.com
La reforma tuvo una trascendencia histórica, sin embargo la realidad social demuestra que las mujeres argentinas deberán recorren un largo y duro camino para tener plena inserción política, social y económica.
Actualmente sólo el 10% de los municipios están gobernados por mujeres y ellas ocupan apenas el 20% en las magistraturas de las cortes supremas provinciales.
En el 2007 una mujer fue elegida en las urnas para presidir de la Nación por primera vez en la historia argentina. Contrastando este mérito, las mujeres registran un 15% de desempleo -duplicando al porcentaje entre los varones- y tienen una inserción laboral inestable porque el 55% de ellas trabaja en el sector informal.
En cuanto a los salarios, el ingreso de las mujeres equivale a un 70% del ingreso masculino y comparando las estadísticas a partir del 2006, no parece disminuir la brecha entre ambos.
La ausencia de políticas del estado hace inoperantes los contenidos constitucionales, por eso, la lucha por la equidad de género debe librarse en el ámbito de la justicia y las políticas públicas.
La mujeres pobres, menos posibilidades de acceso a la salud, la cultura y la educación llevan la peor parte de esta inequidad y junto a ellas los niños.
Las mujeres profesionales y de negocios, con un nivel alto de educación, son conscientes de la vulnerabilidad femenina relacionada con la maternidad y de la vulnerabilidad de los niños nacidos en hogares con las necesidades básicas insatisfechas. Desde su espacio de comprensión de los procesos y modelos económicos intentan ponerse en marcha para que los enunciados constitucionales de los derechos femeninos se hagan realidad. Para ello buscan espacios políticos, además de trabajar intensamente desde las ONG y el sector privado.
smicone@gmail.com
.JPG)
.JPG)
.jpg)
Comentarios