LANUS DERROTO A BLOOMING DE BOLIVIA POR 1-0


Copa Santander Libertadores
Lanús derrotó a Blooming de Bolivia por 1-0

Por Yanina Pariani
Puede ser que el tema haya pasado por la presión de ganar o ganar. Lanús salió con la obligación de sumar o se quedaba fuera de la Copa. Así de complicado. Desde esa lectura, el equipo de Zubeldía podría fundamentar que el poco margen de error le jugó en contra. Aunque esta teoría se cae a pedazos a la hora de analizar al rival de turno: es poco probable que pueda encontrar tantas facilidades como ayer. Hay realidades que pueden resultar odiosas, pero son imposibles de evadir: Blooming fue lo más parecido a un rejuntado de amigos para el fulbito post asado en un día de campo. Así de sencillo. ¿Entonces qué decir del resultado? Que sirve, obviamente, porque le da un poquito más de oxígeno al Granate, aunque Zubeldía y Cía. deberán entender que, de cara al futuro, peor no se puede jugar y, en consecuencia, seguir en la Libertadores con este nivel parece una utopía.


Lo primero que deberá revisar el técnico es que su sistema es tan endeble como una pluma en un tornado. ¿De qué sirve tener dos tanques de área si nadie le tira un centro? ¿De qué sirve plantar dos nueves si no hay nadie que desborde, si los volantes no se sueltan por las bandas? ¿De qué sirve agrupar cuatro volantes si la pelota les quema y se la sacan de encima? Por ahora, la estampita de San Blanco obra pequeños milagros, aunque de ninguna manera es una carta solvente para el concepto de equipo. Si el talentoso enganche tiene un mal día, es altamente probable que Lanús se derrumbe. Aunque ayer le faltó continuidad en el juego, Blanco fue el único que tuvo un poquito de cerebro y calidad para armar las pocas jugadas de peligro. De todas maneras, le costó horrores encontrar un socio, un compañero para tirar una pared, fue un solista. Y tuvo una clara explicación: Grana y Velázquez son buenos marcadores de puntas, tal vez muy buenos, pero en la mitad de la cancha aportan más ganas que visión, más sacrificio que el ida y vuelta necesario para cualquier jugador que se pare de volante externo. No está mal minar el medio, aunque depende de la meta: Lanús necesitaba juego, toque, movilidad y no una aglomeración de piernas para obstruir.
Por suerte, la torpeza de los defensores rivales (más la falla del línea que no vio el offside de Salcedo en la jugada que terminó en penal) le simplificó el camino. Desde ahí, apenas hubo tibias insinuaciones del Granate, demasiado poco para jugar la Copa. El ganar como sea también te puede dejar eliminado.


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