LA PELICULA ARGENTINA MAS PREMIADA DE LA HISTORIA


CINE - FESTIVAL INTERNACIONAL DE CINE MAR DEL PLATA 2006 : ENTREVISTA CON LUIS PUENZO, A VEINTE AÑOS DEL OSCAR GANADO POR SU FILME
La historia de "La historia oficial"
Homenajeado en Mar del Plata, el realizador da detalles increíbles de la trastienda de la película que le cambió la vida.

Cuando Norma dijo God Bless You, yo dije, Perdimos —cuenta Luis Puenzo sobre aquel famoso momento en el que Aleandro anunció el Oscar para La Historia Oficial—. Escuché un título que no era el nuestro y con mi inglés básico pensé que era el título de otra película. Y de golpe me apuntan todas las cámaras y las luces, y me tuvieron que codear para que me diera cuenta de que habíamos ganado. No podía creerlo".
De esa fecha, se cumplen, el día 24, veinte años. "Justo el día del décimo aniversario del golpe militar —agrega el realizador—. Y yo sentía que si ganábamos tenía que decir algo sobre el tema. El problema es que mi inglés sólo me alcanzaba para pedir una hamburguesa, y me costó muchísimo construir una frase seria con un inglés tan básico". Marcelo Piñeyro —sentado a su lado y productor ejecutivo de la película— le hace recordar los ensayos del discurso. "Parecía el tipo que va a ver a El Padrino, miraba el papelito una y otra vez y repetía las frases".
"Es que estábamos tan seguros de que ganábamos, tan agrandados después de haber ganado el Globo de Oro, y como teníamos también otra nominación en el rubro Guión y además ya todos nos daban como ganadores, que a mí lo que más me estresaba era el discurso en inglés. Y yo no quería leerlo. Al final salió bien, pero Norma me hizo pegar un susto".
El Festival de Mar del Plata celebró dos veces el aniversario de esa conquista, con una entrega de premios en la Apertura y con una proyección del filme en una copia nueva que tuvo lugar el viernes en el Teatro Colón de esta ciudad. Además de Puenzo y Piñeyro están aquí la coguionista Aída Bortnik, los actores Chunchuna Villafañe y Patricio Contreras, el director de fotografía Félix "Chango" Monti, la Presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela Carlotto, y varios técnicos y colaboradores más. Aleandro —en Colombia con su obra de teatro— y Héctor Alterio —que está en Madrid— fueron los ausentes con aviso.
Pero la más requerida de todos resultó ser Analía Castro, la chiquita que tenía entonces 4 años y que interpretó a la hija de desaparecidos. "No la había vuelto a ver desde entonces —cuenta Puenzo—. Y no teníamos forma de ubicarla por ningún lado. Y finalmente apareció cuando leyó en Clarín, ella misma, que la estábamos buscando. Y ahora está acá, con su marido y sus dos hijas. Tiene 25, 26 años, pero la misma cara de entonces. En la ceremonia de apertura, cuando la vi de lejos, me di cuenta enseguida que era ella. Y su hija, que tiene casi la misma edad de ella cuando actuó, es igual".
El largo derrotero de La historia oficial para transformarse en un hito del cine argentino, la primera película en ganar un Oscar a mejor filme extranjero, además del premio a la mejor actriz en Cannes para Aleandro y "como 40 premios internacionales más" fue bastante duro y difícil. Junto a Monti, Puenzo recuerda que "al principio iba a ser casi una película clandestina que íbamos a filmar en 16 mm. Porque cuando la escribimos con Aída ni imaginábamos que los militares iban a caer tan pronto. No había ni atisbos de elecciones. Todo fue muy rápido. Llegamos a filmar algunas manifestaciones durante el gobierno militar de Bignone para usar en la película, en las que después insertamos a los actores. En otro momento iba a ser una coproducción con España y el papel de Chunchuna lo iba a hacer Charo López".
Puenzo se atreve a ir más atrás. "Cuando se me ocurrió la idea de la película, originalmente la abuela era el personaje principal, la que hacía toda la investigación de lo que había pasado con su nieta nacida en cautiverio, y en el proceso empezaba a descubrir lo que había pasado en el país. Pero no nos cerraba. Hasta que apareció la idea de dar vuelta el punto de vista y contar la historia desde el lado de la mujer de la familia apropiadora, que es la que empieza a sospechar".
Otros problemas que tuvieron que enfrentar durante el rodaje fueron las amenazas. "Dos veces amenazaron a la madre de Analía físicamente, y la segunda vez tuvimos que parar porque no podíamos arriesgar a la chica. Si hubiese sido uno de nosotros, bueno, somos adultos y podemos decidir. Lo que hicimos fue parar por dos semanas, anunciar en todos los medios que habíamos terminado el rodaje, y después seguir medio clandestinamente, cambiando las locaciones y filmando con teleobjetivos", recuerdan Monti y Puenzo. Las amenazas telefónicas continuaron después del estreno.
Otro de los contratiempos por los que pasó La historia oficial antes de llegar al final feliz fue la postergación de su estreno. "Estaba lista para estrenarse a fines del 84, pero habían fracasado antes dos películas argentinas y con los afiches ya en la calle decidimos postergarlo hasta Semana Santa del 85", cuenta Puenzo.
"Y no pasó gran cosa en el estreno —recuerda junto a Piñeyro—. De hecho, por tener parada nuestra productora publicitaria, invertir todo el dinero en la película y demorar el estreno, a la empresa la fundimos.Ya casi estaba fuera de cartel cuando Norma ganó en el Festival de Cannes, y ahí levantó un poco. Pero recaudó mucho más en el reestreno, cuando fue nominada al Oscar. Y reventó cuando lo ganó". De hecho, sigue Piñeyro, "la reestrenaron en una sola sala porque creían que no iba a pasar gran cosa. Y fue lleno total ese fin de semana. Y nos dieron más salas. Y más. Y hacíamos más recaudación que en el estreno original con un cuarto de las salas".
Pero, acaso, lo más importante que logró el filme fue sacar a la luz un tema del que entonces se sabía muy poco, que era el de las apropiaciones de hijos de desaparecidos. "No había muchos más datos de lo que se sabía. Hicimos una investigación periodística y, más que nada tuvimos la colaboración de las Abuelas, en las que ya estaba Estela Carlotto, quien nos ayudó muchísimo. Ella fue la que quiso que usáramos las fotos verdaderas de los chicos que se ven en la película. A nosotros nos daba pudor usarlas."
Respecto a su motivación personal para hacer la película, Puenzo cuenta que arrancó "cuando terminó la guerra de Malvinas. Tenía un hartazgo absoluto con los militares y quería expresarlo. Y yo me había prometido no volver a filmar, ya que me iba muy bien con la publicidad. Pero tuve ganas de volver para contar lo que pasaba, para dar mi perspectiva. Y fue tomando cuerpo la idea, no tanto de hablar de los desaparecidos, sino la de hacer eje en qué pasaba en la sociedad. Y así empezó todo".
FUENTE: CLARIN.COM

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