RESUMEN INFORMATIVO DE LA AGENCIA PELOTA DE TRAPO




Malestar en la Escuela
12/02/10

Editorial
El presidente del Consudec (Consejo Superior de Educación Católica) advirtió ayer que en el conurbano bonaerense hay unos 800.000 chicos, de 8 a 17 años, que no van a la escuela.

(APe).- Los docentes han sido ninguneados, no solo en sus salarios, sino por un sistema que no concede estratégicamente a la educación un lugar preferencial en la construcción de los próximos años.
Gran parte de los maestros, los de las barriadas y la clase media en caída libre, se encontraron de pronto con los hijos de la crisis y de los quiebres familiares, de una sociedad fracturada transversalmente y dividida a cuchillo por las obras y las gracias de los predadores neoliberales de las últimas décadas. La mayoría de nuestros docentes creen que la pedagogía es una forma de la ternura, que no sólo tienen que exponer sobre el misterio de las fracciones o el diseño de los octaedros. Tienen que llamar al médico cuando los huesitos casi cortan la piel o el catarro sacude la panza o ese moretón hace pensar qué cosas terribles pasan entre las cuatro paredes de una casa. Ese maestro es imprescindible. Se convierte, con el edificio simbólico que es uno y todos a la vez, en el único referente real de un gran porcentaje de pibes. Es el docente apasionado, convencido, que siente la pizarra en el alma, que dejará huella en cada niño. Será semilla de otras pasiones. Y de otras certezas.
La escuela, ese edificio simbólico que es todos -desde la privilegiada del centro hasta la escuelita rural sin luz en el medio de la nada- es la matriz de todos los porvenires. Y es el cuenco que también puede anidar en sus curvas la vulneración de derechos. El de los pibes y pibas, a quienes la educación les falla y les llega de a gotas y nunca alcanza a todos y quedan muchos en el camino. A quienes los docentes les faltan durante demasiados días al año y los niños que no saben de paritarias ni de salarios injustos, que encuentran semejante el perfeccionamiento al paro docente. Ellos no saben por qué y nadie les explica por qué y sólo les queda de vez en cuando el sabor dulzón del sueño interrumpido: El derecho que le asiste a los niños de adquirir palabras y conocimientos en el tiempo etário que le corresponde y que no son postergables.
Cuando las construcciones eran coléctivas -en algún mojón de la historia lo fueron y no hay que olvidarlo- el debate acerca de por qué y cómo luchar cruzaba a la sociedad. Y se podía comprender al otro en su camino. O como decía Paulo Freire “la esperanza de que profesor y alumno podemos juntos igualmente resistir a los obstáculos que se oponen a nuestra alegría”. Reanudar ese debate es también discutir sobre la igualdad de derechos para todos. Especialmente, con la mirada apuntada hacia los más despojados. A los que se vulnera con políticas de Estado pensadas para someter y disciplinar tratando de que las escuelas sean fábricas de niños, todos colocados en fila con el numerito de su valor social puesto en la espalda y buscando encontrar la clave genética diferencial de los niños de oro de los de hojalata.
Si pensamos como colectivo no abandonaremos en días clave, en horas clave. En los momentos clave de una vida que se modela en gran parte entre las paredes de ese gran edificio simbólico que es uno pero es todos. El pibe que ve alejarse a su maestro del vinculo que los une, que no lo incluye como sujeto prioritario en esa lucha necesaria, que lo deja solo cuando más lo necesita, ese pibe a veces se va. O a veces repite. O a veces encuentra vacío de contenido aquello que le pintaron como el lugar donde se apilan los ladrillos del futuro.

Animate a decirlo: ¡Heil Macri!
18/02/10
Por Alfredo Grande
“no se cayó el sistema. Se mojó”
(aforismo implicado)
“no importa cuanto sepas golpear, lo importante es cuanto aguantas que te golpeen”
(rocky balboa)

Denuncian una “grave situación” en el Tobar García
Un grupo de legisladores de la ciudad de Buenos Aires denunciará hoy “la gravísima situación que atraviesa el Hospital Infanto-Juvenil Carolina Tobar García, como consecuencia de la paralización de las obras y la deficiente estructura con la que cuenta la institución”. “Los profesionales trabajan en condiciones infrahumanas e indignas, en espacios destruidos, hacinados y con riesgo para su salud”, aseguró Alegre, designada presidenta de la Comisión de Derechos Humanos. En mayo de 2008, Mauricio Macri inauguró la primera etapa de las obras de refuncionalización integral del hospital –financiadas con un crédito del BID. Desde que llegó Macri, las obras avanzaron sólo un 15 por ciento”, señaló Diego Friedman, jefe de la sección Psiquiatría y Psicofarmacología del departamento de Consultorios Externos, donde se evidencia el problema de la falta de espacio. “Tenemos que hablar con los padres de los pacientes en los pasillos e incluso reducir los horarios de atención”, remarcó el profesional.
Tras la presentación de un recurso de amparo por parte de los trabajadores del hospital, la magistrada a cargo del juzgado en primera instancia en lo contencioso administrativo N° 4, Elena Liberatori, instó al gobierno porteño a concluir las obras de refuncionalización integral del edificio. “El Ejecutivo debería, al menos, informar sobre los plazos estimados para la conclusión de la puesta en valor del nosocomio en febrero o, a más tardar, en marzo”, agregó Friedman.
(Critica de la Argentina – 08-02-09)
(APe).- La situación es grave. Lo que me parece importante es definir cual es la situación y de que gravedad se trata. El Tobar García, el Hospital Braulio Moyano y el Borda son los tres “manicomios” que desde hace décadas han resistido todo intento de ser “desmanicomializados”. Supervisaba un grupo de residentes del Borda, cuando en el Moyano murieron 15 pacientes de frío. En realidad, el ministerio de salud sabía perfectamente lo que hacía. Eran las épocas de Menem y su ministra Matilde Menendez. No fue fácil incluir esa dimensión de lo real en el trabajo con los residentes. Faltaban muchos años para que desde el psicoanálisis implicado pudiera fundamentar la legitimidad política y científica de no dejar “afuera” del análisis la dimensión político-social. Como bien dicen los legisladores, es una gravísima situación. A mi criterio, tiene que ver no tanto con las consecuencias sino con las causas. ¿Cómo llegamos a tener al post fascismo en nuestra reina del plata para que terminara degradada a la gerente de la plata? ¿Habrán creído los porteños que la plata venía de la mano del rey de la patria contratista? No olvidemos la operación Manliba, en las épocas de Carlos “escuela shoping” Grosso. Porque la derecha, ha ido sin prisa y especialmente sin pausa, infiltrando el pensamiento y la acción política. Del gobierno se paso a la gobernabilidad y de la gobernabilidad al gerenciamiento. El pueblo compró que lo importante es ser buen vecino. Convicción que no resiste una lluvia, por lo tanto se pierde el mismo amor. El buen vecino agobiado, agotado y atontado se metamorfosea en un Mr. Hyde predador que deja en el olvido al buen Dr. Jekyll que votó al oficialismo PRO. La elección de Macri fue transversal, por la indudable novedad que lo mas rancio de la derecha conservadora capitalista fuera fecundada por los éxitos deportivos del club que es sostenido por la “mitad mas uno”. Más populista que Macri, difícil. Más clientelista que Macri, difícil. Pero como de todos modos él no roba para la corona, porque es la corona, la imagen de un rey con zapatos de fútbol tiene gancho mediático. Después de la lluvia, ahora el partido se juega en el barro, que es otra cara de la mugre de la administración porteña. La gravísima situación debe ser pensada en su dimensión fundante: el centro izquierda que en sus deserciones éticas y políticas (Ibarra es el paradigma) prepara, lubrica y perfuma la llegada de la derecha contratista. ¿Por qué habría que elegir el gatillo fácil de la bonaerense y la federal, a la picana fácil de la metropolitana? Lo hemos leído muchas veces: el programa de la derecha lo ejecuta mejor la socialdemocracia. Slovan Zizek escribió algo que yo entendí así: “la mejor forma de ser capitalista en general es ser socialdemócrata” Y agregaría: la mejor forma de ser capitalista en particular es ser PRO. Porque el mejor capitalista es aquel que no tiene riesgo alguno ya que invierte la plata de los demás para ganancias propias. El negocio perfecto. Pero además legalizado por los votos y legitimado por la publicidad y la clase media y las medias clases que desconfían de toda propuesta libertaria, emancipadora y clasista. Algunos llaman a esto lumpenaje, aunque es de 5 estrellas el lumpenaje PRO. La situación es gravísima, quizá tan grave como aquella que precipitara en la masacre de cromagnon. Algunos legisladores no han tomado todavía dimensión de lo que significó el 30 de diciembre del 2004. Es necesario pensar una continuidad donde se pretende señalar una ruptura. Ya escucho el reproche: Ibarra y Macri no son lo mismo. Obvio. La situación gravísima es que no lo son, pero hicieron cosas parecidas. Demasiado parecidas. Después de la masacre de Cromagnon, el Ejecutivo de esos tiempos no aceptó ninguna responsabilidad y culpabilizó a las víctimas. Hasta la fecha. Y re victimizar a una víctima, evadir la pequeña, mediana o total responsabilidad, es la construcción de impunidad del victimario. Macri no va asumir ninguna responsabilidad en la devastación asistencial de la ciudad de buenos aires (no solamente del Argerich, aunque también) porque sería un sincericidio. Además, porque lejos de lamentarlo, le interesa propiciarlo porque sería la segunda y definitiva privatización. La profecía menemista será superada por la cría de los 90, con Macri en la CABA y Scioli en “La Provincia”. Otra tormenta perfecta. Por eso la situación es gravísima. En el debate a “tres voces” entre Macri, Filmus y Telerman, yo esperaba que los dos últimos noquearan al primero. Que el hilo se cortara por lo más reaccionario. Pero no fue así. Debatieron más ásperamente los que de alguna forma representaban lo más parecido, mientras desdeñaban la irresistible ascensión de nuestro Arturo Ui, como nos enseñara Bertold Brecht. A esto Freud lo llamó “el narcisismo de las pequeñas diferencias”. Si no pensamos cuales fueron las aguas que trajeron estos lodos, la situación no solo será gravísima, también puede ser terminal. De hecho, para cientos de pacientes, miles de niñas y niños sin educación, hambreados, muchísimos prostituídos por las redes mafiosas que disfrutan de una miserable impunidad, la situación es terminal hace décadas. Como toda lucha, es siempre cultural. Posse fue un Rambo de papel maché. Lo disolvimos. Pero el Manicomio como organizador de la asistencia en salud mental no ha podido ser demolido. Ni Vicente Galli ni Angel Fiasché pudieron desmantelarlo. Un pacto medico sindical lo impidió. Porque los intereses objetivos y subjetivos ligados a la manicomialización, psiquiatrización, medicalización del sufrimiento mental, son algo mas que poderosos. Son hegemónicos. Y el Estado, ese árbitro miope y perverso, siempre juega para los más fuertes, porque no tiene sentido ayudar al punto cuando se tienen los privilegios de la banca. De la misma manera que nadie dice “desmatrimonializar” sino que dice “divorcio”, un nuevo significante que de cuenta de una asistencia no represiva y no asilar está esperando ser creado. Sin embargo, y por eso el vaso se está llenando, hay resistencia activa a la devastación conservadora. Colectivos como la cooperativa ATICO, la Asociación de Profesionales de Instituciones en Salud Mental, la Revista Topía, el colectivo 448, residentes y concurrentes en lucha, centros de estudiantes que se niegan a seguir estudiando catequesis psicoanalítica y otras pestes, son la única garantía histórica para enfrentar la gravísima situación. Pero no serán pocos los golpes que llegarán. Incluso los más difíciles de absorber: los del mismo palo. Colegas y compañeros ofendidos por la decisión de señalarles que no ven la viga en el propio. Y la jauría reaccionaria que pretende que nos animemos a decir: ¡Heil Macri! Que la mística de Rocky me proteja.

Andalgalá y los señores de la montaña alta
17/02/10
Por Carlos del Frade
(APe).- El agua del río Andalgalá, palabra quechua que quiere decir “señor de la montaña alta”, inventó un oasis en el centro norte de la provincia de los cerros azules, Catamarca.

Allí se levantó la ciudad homónima que está en la base de la Sierra del Aconquija, rodeada de selvas subtropicales y más al norte estalla el llamado Salar de Pipanaco.
Casi quince mil almas viven en Andalgalá, tierra de aceitunas, duraznos, ovejas, cabras y muchos recursos minerales.
Lo que debería ser motivo de felicidad popular, termina siendo causa de dolores e impunidades.

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