FRASSIA EN LA PARROQUIA SAN CAYETANO DE LANUS


La parroquia debe ser misionera, evangelizadora y creativa
Lanús (Buenos Aires), 18 document.write(meses(12)); Dic. 09 (AICA)
Padre Maximiliano Bartel, párroco de San Cayetano de Lanús

El obispo de Avellaneda-Lanús, monseñor Rubén Frassia, presidió una misa en la parroquia San Cayetano, de Lanús, en la que tomó posesión como primer párroco el presbítero Maximiliano Bartel.

“Es una alegría hermosa y profunda estar aquí hoy para conformar y consolidar esta parroquia que durante tanto tiempo se ha venido preparando”, dijo al recordar al padre José Martínez Jordano, quien en numerosas oportunidades le sugirió la necesidad de convertir ese templo en santuario, en parroquia.

Tras agradecer al padre Néstor Sailer su labor durante el proceso de transición, reconoció la juventud del primer párroco, pero dijo estar convencido y creer “en la fuerza y en la gracia sacramental. Si Dios te lo pide, Dios te va a dar la gracia suficiente para que puedas cumplir con su voluntad. Querido padre Maximiliano, el Señor te bendice; el Señor te pide esto”.

El prelado señaló que “guiar una comunidad no es nada fácil y hoy más que nunca. Siempre, cuando uno cuenta, busca como todos. ¿Qué cosa buscamos todos? Todos buscamos hacer la voluntad de Dios. ¡Si buscamos la voluntad de Dios, es más fácil! Porque lo que Dios pide tiene verdad, tiene amor, tiene disponibilidad, tiene entrega y tiene sacrificio. Si uno busca la voluntad de Dios es más fácil trabajar en la Iglesia”.

Asimismo, le aconsejó que “siempre sepas que tienes que buscar la voluntad de Dios antes que obedecer a las presiones de los hombres”, y le recordó que hay que “buscar la voluntad de Dios y escuchar a la gente”.

“Escuchar sapiencialmente a la gente pero no someterse a los caprichos de algunas personas que quieren marcar cosas que, quizás, no deben ser marcadas. Esto sucede en todos los ámbitos y siempre el que guía, el que conduce, tiene que agudizar el oído interior para poder escuchar y ver por dónde Dios nos va llevando”, subrayó.

El obispo consideró además que “esta comunidad del santuario, ahora como parroquia pero con experiencia, tendrá que crecer en esta identidad que significa abrirse al barrio y a la comunidad. Sé muy bien lo que significa el santuario. Sé muy bien lo que significa la atención de los peregrinos. Es algo muy pero muy importante y los peregrinos superan límites parroquiales, territoriales”.

Monseñor Frassia insistió en que “la parroquia tendrá que comunicarse en el barrio, estar presente, permanentemente tener una actitud misionera, evangelizadora, creativa, dar espacios”, y pidió a la comunidad que “tengan conciencia de este hermoso desafío y de esta hermosa responsabilidad. Si Dios lo quiere, y Dios da la gracia, ¡a cumplirlo!, ¡a concretarlo!, ¡a vivir en convicción!, ¡a vivir en serio!, porque tenemos poco tiempo y no podemos darnos el lujo de distraernos de nada ni de nadie”.

“Querido padre Maximiliano, rezaremos por ti; te acompañamos siempre y no temas porque el Señor está a tu lado, está en tu vida, te va a dar la gracia para que puedas llevar a cabo lo que Él quiere y no lo que pueda pretender los demás. Uno se hace padre con los hijos. Uno crece con los hijos. Darse y dar tiempo para aprender, para corregir, para brindar, para fortalecer, para sostener. ¡Esta es la vida! y esta es la vida de la Iglesia”, concluyó.+

Texto completo de la homilía

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